Es la cultura, estúpido. "Volver a creer que la belleza nos pertenece”
OLAVO: Si la música sacra no es parte de la alta cultura, simplemente no hay alta cultura, Incluso porque la Iglesia Católica es responsable por casi toda la producción de la gran música de occidente. No contamos lo que hoy se llama música popular. Esa expresión "música popular" es cien por ciento errada, porque la música que se hace industrialmente, comercialmente, por los grandes estudios, nada tiene de popular. La música popular es la música hecha por el pueblo, la música folklórica, que hoy en día está totalmente sofocada y al servicio de la otra…Existen innumerables compositores clásicos, Brahms, Beethoven, Dvorak, que trabajan a partir de la música folklórica, ¿ellos pueden trabajar basados en la música industrial? ¿Ustedes se imaginan crear una sinfonía basada en temas de Caetano Veloso, o de Gilberto Gil?
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FELIPE: Entre la lista de la deuda que yo tengo con usted --que debe dar algunos kilómetros, si la imprimo-- está la definición de música clásica: una especie de música popular de segundo grado, o sea, una especulación sobre el patrimonio de un pueblo.
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OLAVO: Cuando se comienza a hablar de religión, inmediatamente aparecen dos errores, que están tan arraigados en la cabeza de las personas, que ya se tornaron percepciones automáticas…La primera es que las religiones son en el fondo lo mismo… Las religiones ni siquiera son especies de un mismo género. La primera conclusión que saqué, después de más de veinte años de estudiar religiones comparadas, es que las religiones no son comparables. Si preguntas qué es el catolicismo, a ver, ¿la iglesia católica para qué existe? Para llevar a las personas al cielo. Muéstreme una única “religión” que tenga esa misma finalidad. No hay. Por ejemplo, ¿qué es el Islam? Es un código civil sacro, usted va al “cielo” por adhesión al Islam. Eso no tiene nada que ver con su sinceridad, con su vida interior. Es decir, usted mostró su carnet de musulmán y ya está en el cielo. Eso no tiene nada que ver con el camino de salvación. Si usted toma el judaísmo, es el código específico de un pueblo, un código nacional. ¿Qué tiene que ver eso con un camino de salvación que es ofrecido para todas las almas humanas tomadas individualmente? El otro error es más devastador todavía: existe por un lado el conocimiento y, por otro, la fe que es la religión. Y que la fe entonces es un sentimiento personal que tiene cada uno, y que ni siquiera puede discutirse porque en materia de fe no se discute. …Si usted toma al catolicismo, lo que existe de fe es una pequeñez así, la gran mayoría es materia de conocimiento. Vea, Jesucristo, en el versículo que más me gusta, en Mateo 11,1 – 4: "Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan…” ¡Es un criterio científico! Entonces, ¿qué es la verdadera religión? Es la presencia de la acción de Dios en-el-mundo-visible, ¡no en el mundo espiritual! ¡Rayos! …lo que hay de fe en la religión son las promesas de Dios para el futuro, solo eso es lo que hay de fe. El resto todo puede ser investigado materialmente, científicamente. ¡Jesús dio un criterio científico! …Esas dos ideas equivocadas sobre religión arruinan cualquier discusión que se tenga al respecto. Entonces, antes que todo, hay que evitarlas. Cuando se habla de música sacra, no es un asunto basado en la fe. Tenemos una ciencia divina ahí, una ciencia que Jesucristo nos enseñó. Y esa música, ese tipo de música, transmite en parte ese conocimiento. Es una educación que usted tiene. No es una cosa de tener fe.
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FELIPE: El profesor estaba hablando de liturgia. La quinta clase del curso que voy a dictar en marzo, Música Sacra: Historia, Filosofía & Actualidad está dedicada integralmente a la liturgia. Evidentemente no soy un liturgista, mi profesión es músico, pero una clase de liturgia desde el punto de vista del músico es necesaria. Sobre todo, para entender que, aunque la música sea parte de una pedagogía importantísima, que sea parte del entramado de la alta cultura de una sociedad, con todo, eso existe en orden de algo que sucede en el silencio de la consagración, algo que no es musical…Ese abordaje de la música que hace Karl Rahner retira el derecho de existencia en las iglesias de la alta música sacra. Esto lo afirma Benedicto XVI en este libro sobre música que tuve la alegría de traducir…Benedicto XVI hace una crítica de la visión que actualmente impera sobre la música en la Iglesia, a saber, que el orden de la música sacra seria es artístico y de deleite estético, que debería dedicarse a salas de concierto únicamente...la consecuencia de esto es un achatamiento de la calidad musical en el marco de la Iglesia y, poco a poco, las personas comenzaron a creer que, de hecho, la música sacra es algo de dominio del concierto, del CD, que eso no es propiedad de los propios fieles, que no son capaces de gozar de ese patrimonio en el marco de la liturgia, para la propia pedagogía de ellos, para el propio enriquecimiento del sacrificio del cual están ellos mismos participando. Es el norte de mi trabajo, o sea, hacer que los fieles de la comunidad donde trabajo, como maestro de capilla –yo trabajo de maestro de capilla en la Iglesia Iglesia San Jorge de Lyon-- que las personas vuelvan a creer, inclusive yo, que la belleza nos pertenece. O sea, esa belleza que fue creada para Dios a lo largo de estos milenios y que fue de cierta forma expulsada de los templos católicos después del Concilio Vaticano II, menos por cuenta de los documentos conciliares que por la orientación que dio Karl Rahner, puede volver. Incluso se no tenemos un título de doctor en música. Sobre todo, si no tenemos un título de doctor en música…Eso es una cosa que me sorprendió mucho preparando el curso, yo preparé una colección solo de compositores brasileños actuales y antiguos de música sacra que, además ya está disponible en mi site, es la existencia de músicos vivos componiendo. Esa belleza puede penetrar nuevamente en la Iglesia…Una pregunta que yo quería hacerles, es que hay una diferencia entre cultura popular y cultura de masas y que la cultura popular es una especie de suelo fértil para la alta cultura. Ahora, una cosa sobre lo que hay que tener mucho cuidado es la apropiación que los encuentros de música sacra hicieron del patrimonio popular. Si se leen los documentos de esos encuentros que sucedieron enseguida del Concilio Vaticano II con el objetivo de crear una música sacra brasilera, ellos de cierta forma se apropian del patrimonio popular y el resultado de todo eso, yo no sé darle otro nombre que no sea “kitsch”. Entonces, ¿cómo es que se debe tratar ese cuchillo de doble filo que es la apropiación de la cultura popular para que nutra la alta cultura, pero sin caer en el kitsch?
OLAVO: ¡Tiene que saltar por encima de la música industrial! Una conexión directa entre la música popular y la música erudita.
BERNARDO: Yo creo que uno de los grandes problemas es caer en el tipo de errores que casi cometió Alvim, que es la tentativa de dirigismo cultural. O sea, intentar colocar ciertos límites a esta actividad humana que es el arte.
FELIPE: ¿Para ustedes el kitsch es fruto del dirigismo?
OLAVO: No el dirigismo estatal propiamente dicho, pero el dirigismo comercial, sí ... Ahora, la búsqueda de la identidad nacional tomó un rumbo sociológico ... Sigue un fragmento de 2018: la idea de buscar constantes, por ejemplo, el color local del que hablaban los románticos encontrado en la geografía, el culto del paisaje nacional. Pero no procede, porque la identidad nacional es una memoria y no una constante sociológica. La identidad hay que buscarla en la memoria de los grandes hechos realizados en común. Si no se hizo nada en común, entonces no hay identidad nacional y lo mejor sería, en ese caso, comenzar a hacer alguna cosa juntos para crear memoria. Las manifestaciones 2013 – 2015, por ejemplo, marcan una identidad nacional, o la campaña por Bolsonaro. El pueblo intentado librarse de una élite criminal que abusa de su poder y crear una democracia por primera vez. En cambio, la participación en la Segunda Guerra solo comprometió a 200 soldados. Cuando volvieron, la nación entera se sitió conmovida. Pero la generación siguiente ya se había olvidado. La Guerra del Paraguay encendió al pueblo, pero existe un mecanismo entrópico, todo lo que el pueblo hace enseguida la generación siguiente lo apaga. Cuando se crea una memoria reciente, como en la neurología, la memoria remota comienza a volver. La historia entera comienza a esclarecerse. Hay que activar el mecanismo creador de la memoria, la acción que el pueblo emprende con el otro. Eso está ocurriendo ahora. ¿Qué es la revolución brasileña? La búsqueda de la democracia, el pueblo contra el estamento burocrático, desde la colonia hasta hoy, en una lucha que, hasta ahora, el pueblo siempre perdió. Pero se presentó una chance entre 2013 y 2015. Y en lugar de imponer nuevas elecciones, en 2015 el pueblo compuso con la élite una “salida” y se salvó el régimen entregando los últimos a Dilma para salvar el resto. Fue una victoria pírrica. Ahora hay otra chance. Se puede elegir a Bolsonaro de Presidente sin necesitar comprometer nada con el estamento burocrático que controla todo. Entonces, la historia de la conciencia nacional está comenzando ahora. Por primera vez hay un entusiasmo nacional, un sentimiento de unanimidad real alrededor de una serie de cuestiones capitales, contra el aborto y a favor de la protección de la vida, contra el desarme civil y por el derecho a la autodefensa, contra la educación comunista en los colegios y por una verdadera libertad de enseñanza, contra la política de género y por la igualdad de derechos. Ahora, una vez que esto está en marcha no hay que dejar que se apague. Esto es nuestra identidad.