Es la cultura, estúpido. Secretario de Cultura Roberto Alvim, exonerado. Guerra cultural
Roberto Alvim debió abandonar la cartera de gobierno unas cuantas horas después de presentar con su discurso el programa de Premio Nacional de las Artes. El hecho termina radiografiando la situación de Bolsonaro y del movimiento político autoproclamado conservador y merece, mínimo, un libro pormenorizado para que este triste suceso sirva de algo. A mi me parece urgente porque estamos hablando del área decisiva para la recuperación de Brasil, que es la cultura...Vimos cómo, en un par de horas, un linchamiento mediático y de redes jamás visto hasta el momento en la novel derecha brasileña, eliminó a Alvim...El ex Secretario reveló en su discurso de antenoche que no era nada más un prestigioso dramaturgo, él tenía una concepción estética --nacionalista-- bien definida que, en todo caso, merecía rebatirse con solidez intelectual. Muy por el contrario, la pretendida derecha partió rauda blandiendo sus antorchas moralistas que resultaron al final consistentes con la pauta ideológica political correctness que dice combatir. Ella se expone ahora, al menos esta primera generación, como impotente e incompetente para llevar a cabo su declamada "guerra cultural" sobre la cual ni siquiera parece saber mucho rebajándola a un simple slogan electoral... La intensa campaña que en una mañana apenas convenció al Presidente, después de haber compartido una live con el ex Secretario la noche anterior, partió de la misma derecha, pero usó el discurso diseñado por la izquierda lleno de clichés anti-nazis dirigidos a sepultar cualquier debate de lideas, esta vez, las contenidas en el discurso de Alvim. Es una muestra clara de quién mantiene la hegemonía...Durante la mañana del jueves pudo leerse una catarata de exigencias de exoneración dirigidas al presidente, pero NINGUNA impugnación teórica del discurso que. al fin y al cabo, se reveló todo un manifiesto cultural para una "civilización brasileña", mucho menos del programa de premios, presentados por el ex Secretario Nacional...En estos momentos crece otra campaña. Esta vez se trata del clamor de redes para que la veterana actriz de telenovelas Regina Duarte asuma el cargo. ¿Su CV para entrar en un gobierno como este? Es fan del presidente. Ah...me olvidaba. También agrada al meanstream, incluído el consenso mediático. Más allá de que la misma Duarte declaró no estar preparada para el cargo, dos cosas son evidentes. Primero, la promoción de la actriz de telenovelas representa un agónico grito contenido hasta hoy en las gargantas del activismo político pro gubernamental: el pedido de tregua, un poco de compasión, que el establishment y el meanstream paren un poco de castigar al nuevo gobierno, al que no han dado respiro alguno, por cierto. Lo otro hace parte de las consecuencias de largo plazo del episodio Alvim: amoedizar al presidente. Lo que no pudieron los militares parece conseguirlo la política cultural.
Thiago (26, SP) en cuadernos netnográficos