NRxers & NatCons
LUCA: El enemigo no se convierte, señores. Por eso no me quejo del consenso mediático. Tampoco me quejo del canon universitario... Bah, hoy no voy a quejarme de nada. (Risas) Al final, la derecha modelo 64 acaba haciendo cosas como tomar en serio a sujetos cuyo universo personal pone al presidente americano en el mismo espectro político del terrorismo islámico. Es como morderse la cola. Una pérdida de tiempo. ¿Qué creían? Los tipos creían que la Universidad, los Medios, los grupos Lemann, Kroton, vaya uno a saber, iban a girar y apoyar la deconstrucción del capitalismo de Estado. ¿Qué quiere la derecha m64? A la flor y nata paleo y neo de los agenciamientos comunistas de su lado, ¡eso quiere esta gente! La derecha m64 sueña en el fondo con la conversión del adversario. Pero es que su adversario, señores, somos nosotros, no la izquierda. Y no reconocer al enemigo es cosa de pereza mental. ¿No les salió la pizza en 2019? ¿No les salió el cargo en el gobierno o si, en efecto, les ha salido, ahora ven que no era tan fácil el asunto y que pierden el empleo de aquí a poco? Ah! Es por eso la histeria de resentimiento del chillón de redes contra el propio presidente que eligió hace un año. Los Nando Moura, los Danilo Gentili. ¿Qué es el modelo 64? M64 es reducir la presidencia de la República a una gerencia comercial mientras se resigna todo lo demás, la cultura, los medios y el Parlamento. ¡Carajo! Había levadura para la pizza desde 2013. “Pueblo” era su nombre. Pero no tuvimos nunca ni horno. ¡Y quieren pizza! No porque las galaxias hablan y la tierra grita todo el mundo lo sabe. Miren, si todavía hoy tenemos levadura, eso es el pueblo que sabe que el enemigo no se convierte, la desilusión casi no existe en el rigor cognitivo, esto es una aseveración empírica. Si queda levadura, no es la derecha m64, no es el milico-nacionalismo ni el whisky-conservadorismo. Esto es una aseveración nórmica: hay levadura y es NatCons.
OTTO: El hecho mismo de nuestra existencia, quiero decir, este orden de cosas donde todavía es más lo que decimos que lo que escribimos o emprendemos, éso, gente, sí que es una pizza sin horno. Más todavía. Yo sí voy a quejarme, Luca (risas). Primero quiero dejar constancia del ambiente intelectual donde trabajamos. Hay un gobierno de derecha, pero si quieres enseñar y aprender como un profesor y estudiante de derecha debes convertirte en maquís. Porque la síntesis de lo que nos pasa en Brasil es que tenemos un presidente resistente en un país ocupado desde por lo menos hace 20 años. Esa es la verdad. Los colegas de la cátedra, bah de toda la universidad, son de izquierdas. Las clases, papers, tesis, la bibliografía. Hay para todos los gustos, pero siempre variantes de izquierda, ¿eh?, ¡todos de izquierdas! Tienes suerte si te encuentras con los que toleran el asunto a condición de que guardes la derecha en casa. Son como los carceleros buenos -- esa calaña tuvo éxito produciendo la vergüenza católica que se adueñó de los fieles en la Iglesia, así que imagina qué no podrán con miserables ciudadanos de este mundo como nosotros. Pero la mayoría en la Universidad es la cheka, beligerantes o descaradamente tramposos. Cualquiera sabe a esta altura que hay que profesar alguna izquierda para obtener y/o mantener los beneficios académicos, en particular, y de la política cultural, en general, que da el imperio. ¿Recuerdan aquel “la izquierda da fueros” que decía un presidente argentino? Pues bien, parafraseándolo, podríamos decir: el cliché de izquierda da (cuando no directamente las organizaciones de izquierda dan) empleo en la cultura, antropológicamente hablando, o sea, la cátedra, las redacciones de los diarios, las grandes editoras, los platós de televisión o el teatro. Cualquier cosa que inventes debe tener el guiño, sea en la versión plana del lenguaje inclusivo, o un aquella un poco más sofisticada de alguna filosofía hípster. ¿Estrategia de subsistencia? Sin duda. Pero en el camino te la crees. De lo contrario no sobrevives, amigo. ¿O qué cosa piensas que es la hegemonía cultural? Pues es este poder omnipresente e invisible que tarde o temprano reconoces indispensable para encajar agradando al establishment. La hegemonía es el imperio líquido del siglo XXI. Tú, que eres una hormiga, ¿qué pretendes? Ni los militares, ni siquiera el movimiento de derecha, escapan a la hegemonía. Entonces pues trabajas en un medio ambiente hostil. Entonces emprendes el éxodo. Entonces… ¡ops! Te encuentras en la hegemonía virtual y ¡zas!, ves en las redes a alguien que se autoproclama de derecha y el tipo está pautado. Es el neoimperialismo que habla en el sujeto. Para ir al extremo, ¿Bolsonaro es Piñera? ¿Bolsonaro es Macri? ¿Bolsonaro es Santos? ¿Bolsonaro es todos, solo que apenas diferente por contexto de la radicalidad brasileña anti-PT? Porque Amoedo no funcionaba, ¿no es cierto? ¡Y no funcionó Amoedo! Es lo que te digo. Amoedo, Piñera, Macri, Guaidó --para que entiendas-- gente así no son suficientemente radicales en este Brasil de ahora. Cool! Dicho lo cual, es simplemente ridículo creer en una derecha cuando apenas ayer los electores ilustrados de Bolsonaro salían de fin de semana o de vacaciones a Miami, o cambiaban el auto a poco gracias al contrato social petista de confort. Esto es más que claro. La izquierda ha producido el yuyo que se autoproclama "la" derecha en Brasil, conservadores raíz y cosas por el estilo. ¡Caraduras! Pasaron 5 o 7 años y ya creen…Ahí tienes USA, Inglaterra con Boris Johnson. ¡Tiene siglos de continuidad conservadora! Y acá Bolsonaro tiene más grupos de whatsapp como apoyo que en una agremiación partidaria…No se puede creer lo cara rotas…
LUCA: Pasemos en limpio. Bolsonaro es tiempo, señores. ¡Qué sé yo si en un futuro votaremos a Luciano Hang o a Chris Tonietto para presidente! Solamente sé que compramos tiempo con el Capitán. Seis años sembrarás la tierra, seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. No antes. No. ¡Y sin contar descanso! Por el momento bailemos y celebremos y reconozcamos lo que nos recuerda esta presidente de pantalón corto, ojotas, leche condensada y un atentado con tres cirugías de alto porte: que la democracia –no “más democracia”, como dicen los comunistas-- sino la democracia a secas, esto es, Estado de Derecho, división de poderes, elecciones libres, sigue siendo el mayor correctivo al elitismo y la tiranía que la humanidad haya inventado. Por eso digo: entre acelerar y catejonizar, por ahí es falta de fe, qué se yo, pero me quedo con un Tennessee Whiskey, una cena con mi mujer y un Pomerol, un Porto, mis libros, Yellow Days, o Arvo Part, y defender el derecho al wellness en la cultura poscristiana que nos tocó vivir. ¡No es desacelerador el asunto, chicas! ¡Hay radicalidad por qué luchar! Mira: no sé si hay democracia en nuestros países. No es suficiente votar. Porque el voto depende de la existencia de esos factores que te nombré, como la verdadera división de poderes. Si no, mira Chile. En unos meses ahí habrá más democracia, no verdadera democracia. En el Chile constituyente reventaron la democracia a puro centrismo de Piñera y a puro bombazo comunista. ¡Y Chile es aquí, gente! Al que no quiera verlo le pasará por encima una Silver Dragon. ¿Se entiende? La herida ontológica en Brasil se expresa entre democracia y orda totalitaria. La velocidad está garantizada chicas (Risas)
OLIVIA (señalando a Matilda): nosotras venimos sampleando análisis político pop, un mix de antihumanismo ilustrado, inconografía rave, distopía extrema y una herencia que driblea a Nietzche y Rand para no terminar cayendo en Anton LaVey. (Risas) No, de verdad, discutimos amistosamente con los chicos. Si son católicos se toman el trabajo de no caer en el culto idólatra al líder, al Partido, ¿no? Ustedes tienen la fe. Para nosotras, que somos ignorantes, eso implica un esfuerzo intelectual descomunal. A ver. Veamos Chile. En el sentido del Thiago del último grupo focal: para los brasileños todo lo que se diga de Chile es poco. Debería ser así de serio el negocio con Chile en estos momentos. Vamos a por Chile entonces. Chile es la desterritorialización nihilista de lo existente tomada por la obsolescencia humana que procura comandar la modernización capitalista. El propio sistema político chileno, desde la UDI hasta el Partido Comunista, pasando por RN y, hasta cierto punto, los marginales trotskistas y anarquistas, el sistema político, digo, llevó al estallido de violencia en su pasión por comandar el nihilismo autoproductivo y automatizado, anti-antropocéntrico, de la autonomización del capital. El subproducto constituyente en Chile es un fracaso teórico-cognitivo y práctico-político en toda la línea. Por el contrario, quiéralo Bolsonaro o no, es un agente descentralizador no-planificante que permite la optimización de la inteligencia de la singularidad capitalista. La singularidad Bolsonaro, podríamos decir. Sus bravatas anti-izquierdistas y referencias teístas son simpáticas. Y resulta pedagógico verlo hacer zip & zap con las demandas m64. Por ejemplo, se lo criticó por el rol de Brasil en el Grupo de Lima. A ver. El tipo manda abrir colegios militares. No tiene ni idea de educación. Pero estúpido no es. ¿Se pusieron a pensar ustedes el loop de estatismo que resultaba de embarcarnos en una aventura bélica contra la tiranía de Maduro y esa narconomía cubana de la que mama hasta Guaidó?
MATILDA: Las izquierdas –contando a la derecha m64 que, al fin y al cabo, es la caricatura izquierdista de la derecha-- marchan siempre en dirección contraria, interviniendo el intercambio de valor, entorpeciéndolo, distanciándose del mercado, desacelerándolo, cuando de lo que se trata es de lasseiz faire aceleracionista, única manera de aspirar a la disolución del hegemón en un contexto tecnológico, un verdadero nuevo paradigma de convivencia. Bolsonaro fomenta y favorece la autoproducción autónoma del capital. Evidentemente no es consciente de la formidable intensidad disolvente capitalista. De cualquier manera, su teísmo cristiano aliado con el liberalismo del ministro Guedes se expresa en intuiciones ordoliberales, por así decirlo. Imagina, ¡después de Juiz de Fora, supongo que Bolsonaro sueña con el cuerpo sin órganos! (Risas) ¿Entiendes? Claro, no es que, con la aceleración capitalista, te has de topar un día, de pronto, de golpe y porrazo, con un contexto transhumano de nueva inteligencia evolutiva y cibernéticamente superior. Incluso es muy posible que la agencia humana pierda capacidad cognitiva y práctica y que la aceleración tumbe en el barranco de la anti-creatividad, retroalimentando negativamente todo en tabúes primitivos y despóticos. Sucede en Chile de un modo que evoca la estrategia Cloward-Piven en su deriva asistencialista, neo-keinesiana y eco-primitivista. La izquierda socialista y su variante, la derecha neoliberal, la derecha m64 y todo eso, expresan la obsolescencia humana para con el proceso de autoproducción autónoma del capital. Entre los seres humanos y esa entidad maquínica expansiva, cada vez más eficiente, resiliente y altamente adaptativa que es el capitalismo, hay una interrelación no lineal. Nos servimos, en mayor o menor medida, de la información vertida por la retroalimentación cibernética de su producción. Pero perdemos el rol central del proceso. Con todo, hay capacidad cognitiva y práctica de la agencia humana, todavía. Eso explica que exista Brasil, que exista Olavo de Carvalho... y Bolsonaro.
OLIVIA: Cuidado. Hablamos de un proceso ontológico y no de un programa político. Ontología y teoría. Después, y solo después, haremos política práctica. O, para decirlo de otro modo, primero mecanismos, estructuras y eventos; lo experimental después --para ponerlo más claro: en diez años, mínimo, nos afiliamos y esas cosas, antes estudiar y estudiar mucho. ¿Por qué? El analfabetismo funcional diplomado entre las clases educadas es el mayor problema de Brasil, muy por encima de la corrupción, del narcotráfico, de la violencia generalizada, de la pobreza y del desempleo, porque es lo que impide que cualquiera de estos problemas tenga solución. Algo había que hacer –el “no voy a quejarme de nada” recién de Lucas—y empezamos por reconocer nuestra discapacidad. Nuestro remedio fue el mayor rigor posible: ejercitar el arte de la ambigüedad controlada para evitar el autoengaño de algún utopismo político. Por eso nuestra insistencia en un proceso ontológico y no el atajo de un programa político. Tararaeo a Jordan Rakei despertando de un sueño en que fue todo y nada para mí. Casi la lucidez de no caer en algunas ingenuidades. El realismo capitalista que cultivamos supone reconocer que el capitalismo es pura aceleración de sus propias tendencias creativas pero también destructivas. No nos referimos solamente al fenómeno cíclico de crecimiento y su contraparte que –teatro de tijeras— tiene a la audiencia de medio país viciada en economistas de TV. Me refiero a un rasgo característico del sistema que, en última instancia, conduce a su autoaniquilación.
LUCA: ¡Qué bueno escucharlas! Recoger la teoría evitando el programa aceleracionista whig, esa especie de monigote de Dios de querer alimentar el impulso revolucionario del caos capitalista: acelerar sus tendencias o desarraigo, alienantes, descodificantes, abstractivas, bla, bla... el programa aceleracionista. Simplificación tecnosofista, rencor y huida hacia adelante es el motor revolucionario, es lo que hay detrás del eterno retorno del izquierdismo. Siempre se los digo: no hace falta una conspiración aceleracionista. El colapso es pura coordinación espontánea que da el compartir intereses bajos. Esta es la verdad fundamental del Consorcio olaviano: academia, corporaciones, prensa, entretenimiento, activismo y política forman una ruling class sin dirección central que logra ponerse de acuerdo en todo — con precisión láser y sin retraso. Dios escuchó las súplicas que desde hace milenios le dirigen sus fieles con el Eclesiástico: Festina tempus; “acelera el tiempo”. Cualquiera hoy nota que los días y los meses corren cada vez más rápido… Ahora solo nos resta el Domine, memento finis, “Señor, acuérdate del fin”. (Risas) Hablo en serio.
OLIVIA: No, no. ¡Claro que hablas en serio! La línea fría, el cuerpo frío, el afuera desconocido capitalista es este bucle globalista, esta especie de comunismo del capital. Y vean. Los tipos se la creen. Se autoidolatran. La autonomización dal capital supone procesos paralelos que teorizamos como comunismo del capital, una especie de colapso orquestado y que supone, a su vez, otras autonomizaciones, entre ellas, la autonomización de la política que devino secta, ateísmo evangélico. Porque si lees y escuchas bien, las izquierdas configuran una secta cristiana atea (progresismo, multiculturalismo, liberalismo, humanismo), la rama moderna de la cristiandad calvinista, iniciada en los dissenters ingleses del siglo XVII. Fíjate sino cuando los Medios hablan de crisis de representatividad. Ni idea tienen. Se trata de un culto misterioso del poder, desplaza las tradiciones teístas remplazando las supersticiones metafísicas teístas por misterios filosóficos, como los conceptos de humanidad, progreso, igualdad, democracia, justicia, paz, medio ambiente, etc. El liberalismo, y su descendencia el socialismo, es la Reforma en sí misma. Hablo de la clase política y sus holliness spirals. Los tipos llegan a autopercibirse diferentes del resto de los mortales. En la experiencia ciudadana esto funciona hoy como un teatro. La comodidad fácil de las correspondencias biunívocas. La izquierda y el centro, la derecha liberal y la derecha nacionalista, revolucionarios y reaccionarios, una derecha pagana, con su reverso, una derecha paranoica que se dice católica. El capitalismo desde la antiguedad siempre estuvo en movimiento devorando lo real, moviéndose hacia lo bastante lejos que hoy diagramamos como antiguo, medieval y moderno, hacia un no-espacio terminal y hacia el colapso de la tierra en una monstruosa fusión pensada por el anarquismo libidinal como cuerpo sin órganos. Son las epifanías especulativas, destellos de acceso a lo infernal. Un poco más acá, el imperio del Libro de Juan (lee a Robert Mackay): El capital no es una esencia sino una tendencia, la fórmula de aquello que decodifica, o inmanencia propulsada por el mercado, que subordina progresivamente la reproducción social a la replicación tecnocomercial. Donde la ilustración progresista ve ideales políticos, la NRx ve apetito, en la opinión de que la tendencia del poder soberano (en las democracias) es devorar a la sociedad. ¿Qué hacer pues? Voy a dar una respuesta estrausiana (lee a Angelo Codevilla ): A conservative is someone who helps disguise the true nature of a democratic state. The conservative is ineffective by definition, because his goal is to make democracy work properly. The fact that it does not work properly, has never worked properly, and will never work properly, sails straight over his head. He therefore labors cheerfully as a tool for his enemies.
OTTO: Ops! (Risas) No me quejo y tampoco caigo en provocaciones. (Más risas) Quiero completar ese rigor de humildad que las honra cuando evitan la tentación de desideologizar (risas), leyendo a Patrick Deneen: Siempre debemos recelar del hecho de ocupar el terreno que recientemente han dejado vacante los progresistas como el lugar natural para el descanso de los conservadores. Miren chicas, no se resistan (Risas), Yo siempre las escucho con atención porque, además, la frazada es corta, no puedo estudiar lo que ustedes estudian. Más allá de uno dedicarse o no a las ciencias políticas, eso sí, unas veces me parece que se resisten, otras que son indiferentes al hecho de que, en política, se termina cayendo en alguna de las ideologías, siempre. En lo etno-nacionalista o en lo ancap, ustedes, hasta donde puedo seguirlas. Ok. Pero suelen decir --y es un acuerdo de base que tenemos-- que tanto religión como capitalismo son producto de miles de años de evolución cultural de la especie humana, la retroalimentación positiva y esas cosas de la termodinámica que les gusta. No hay espíritu del capitalismo sin virtud católica tradicional. La tradición virtuosa que representa el catolicismo -y el judaísmo también- el respeto a los padres, la fidelidad conyugal, la unión de la familia, la educación tradicional a los hijos, el vivir de lo propio con el sudor de la frente, el respeto a la vida, a la libertad y a la propiedad, etc. Miren, voy a ser más específico. En "Historia del análisis económico" Schumpeter reconoció que el capitalismo es de origen cristiano, porque sacerdotes jesuitas lo expresaron por primera vez en forma teórica en la Escuela de Salamanca, es decir, es anterior a Adam Smith y por supuesto mucho más anterior a la Escuela Austriaca. ¡Es esa virtud católica tradicional lo que no pueden soportar liberales, etno-nacionalistas y socialistas! Hace falta un trabajo de verdad. Aletheia, esa verdad griega que es des-olvidar. No me mires así (risas). No hablo de un Estado cristiano. Ustedes saben, a esta altura del imperio eso tiene gusto a ideología y ahí se queda. Hablo de algo que escapó a los órdenes históricos y, en particular, al actual orden mundial. Me refiero a que los principios cristianos inspiren la acción política. Porque hay que entender la distancia entre toda ideología, que prevé un concepto pretextual, y el conservadorismo, que es un modo de vida basado en principios, costumbres y virtudes. Bueno, por eso, antes de caer en cualquier ideología yo hago mi elección ideológica, incluso paralela pero no idéntica al NatCons, más de acuerdo con nuestra propia historia política nacional: soberanismo conservador implica la defensa de la tradición y de los órdenes espontáneos (Ahora lee a Olavo de Carvalho): La ciencia política puede y debe mantenerse por encima de ideologías, pero no por medio de abstenciones y sí por la articulación realista de las fuerzas intelectuales en juego, una técnica de la cual Tucídides dio el modelo definitivo en la "Historia de la Guerra del Peloponeso". Una política práctica sin ideología es lo mismo que un culo sin orificio. (Risas de todos).