La trágica lección argentina.
Si João Amoedo o Geraldo Alckmin hubieran ganado las elecciones de 2018, para 2022 seguramente veríamos en Brasil lo que hemos visto hoy en Argentina.
Al igual que el PSDB en Brasil durante dos décadas, en 2015 Macri fue la única alternativa cuando fue elegido. No había modo. Es un sujeto que sigue la línea de moderación contra enemigos extremos. Fue deglutido por el sistema argentino. Durante su mandato no gobernó casi, dejando que la izquierda criolla empujara al país al caos económico con los medios que tiene y que no son pocos.
La experiencia argentina fue válida, interrumpió la secuencia de gobiernos socialistas durante cuatro años en ese país e incluso demostró que, si no hay una confrontación real, y si tratamos a los socialistas como adversarios en lugar de como enemigos, vuelven al poder, por las buenas o por las malas. En Argentina volvieron con facilidad. En Ecuador y Chile están promoviendo actos terroristas para regresar. En Bolivia se han mantenido en el poder a través del fraude electoral y ya se están preparando para tratar de convulsionar a Brasil.
Los miembros del Foro de São Paulo no son partidos dispuestos a participar en el juego democrático. Por el contrario, son enemigos de la democracia, el interés público y las libertades. Están asociados con el narcotráfico, los contrabandistas, el lavado de dinero, los que dominan las redacciones de los grandes medios, controlan el servicio público, los sindicatos, las universidades, impiden la producción científica que no tenga orientación de izquierda, promueven actos de violencia extrema e intentan convulsionar a la sociedad todo el tiempo.
Pensar que es posible competir con estos grupos es una estupidez. Reconocerlos como opositores políticos más que como enemigos de la nación es alta traición al país.
No hay otra alternativa para América Latina que no sea comprender qué es el Foro de São Paulo y su confrontación inmediata. Investigando y castigando sus crímenes. Cerrando sus partidos asociados, por incumplimiento evidente de la Constitución, que prohíbe la subordinación a entidades extranjeras y exige que tengan carácter nacional. Mostrando a la sociedad quién está involucrado en este lodo.
Nuestros hermanos argentinos fueron los conejillos de indias de un experimento que tuvo un final trágico. Los agentes del Foro de São Paulo y la revolución socialista sudamericana volverán al poder con un barniz de legitimidad. Brasil tomó la mejor decisión en 2018. Pero esa es apenas la primera dosis de la vacuna que nos puede inmunizar. La guerra continúa y el cuadro infeccioso sigue siendo muy peligroso.
T. R. en Cuadernos netnográficos