Bofetada
Nuestro país tiene un triste historial de no castigar a la élite. Durante mucho tiempo, cargos y riquezas fueron la garantía de estar por encima de la ley. Lava Jato nos hizo experimentar un Brasil diferente, un Brasil donde los ricos y poderosos van a la cárcel y los políticos corruptos pagan por sus crímenes. Ahora, con el fallo de la Corte Suprema sobre el arresto en segunda instancia, la impunidad reina nuevamente. Una bofetada en la cara del pueblo brasileño que lucha por un país más decente.
R. T. en Cuadernos netnográficos