El factor militar
Los militares observaron pasivamente la subasta de tierras amazónicas a ONG internacionales; pasivamente asistieron al proyecto educativo de la izquierda destruir la memoria de Brasil. Observaron pasivamente la desmoralización, la ejecución pública de nuestros héroes y la exaltación de guerrilleros como Marighella, que se convirtió en una película y el nombre de una escuela. Vieron a Brasil ser aplastado por el proyecto de poder del PT y no hicieron nada. Saludaron con fanfarrias a globalistas como Nelson Jobim y comunistas como Aldo Rebelo, mientras que nuestras arcas financiaron la reestructuración de la dictadura cubana y chavista. Estaban silenciosos y débiles mientras que los comunistas eran activos y disciplinados. Se hicieron sordos al llamado popular a la intervención porque, creo, un candidato de sus filas tenía al fin una oportunidad real de ascender al poder. Lo que esperamos ahora, después de tanta decepción, es que no permitan que la izquierda, que insiste en no aceptar la voluntad popular y reconocer la autoridad de nuestro Presidente, regrese al poder a través de sucesivos golpes parlamentarios y judiciales, porque esa es la razón de su existencia. También esperamos que la palabra tan poco familiar de Chesterton, impresa en letras eternas, resuene en los pasillos de los cuarteles, gritando que el mal del militarismo no es mostrar a algunos hombres cómo ser violentos, presumidos y excesivamente belicosos, sino demostrarles a la mayoría de los hombres, que deben ser mansos, tímidos y del todo pacíficables.
Prof. A. A. B, registro de Cuadernos Netnográficos