"En Brasil se decidió remar a contra-corriente"
Sesión con Bianca (29, San Pablo, Chief Data Officer), Camila (34,
Campinas, emprendedora en el área de estimulación cognitiva) Thiago (26, San
Pablo, back-end developer), Isabela (24, Belo Horizonte, emprendedora textil),
Alan (41, Taipei-tw, ingeniero, ex profesor universitario) y Laert (51, Río de
Janeiro, gastronómico y director de una escuela de hostelería).
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Un destino regido por algoritmos. El
Mercosur en tiempos del totalitarismo 5G
LAERT: No sé cómo pero de pronto el Mercosur, que como dijo alguien estaba
para el equipo de reserva, con lo del acuerdo Unión Europea saltó a la cancha
y de titular. Ok. Aplausos. Ahora, yo digo, pareció medio improvisado eso, porque
cualquiera recuerda la campaña electoral de Bolsonaro a favor del bilateralismo. ¿No se sabía de la
negociación en curso desde hace años entre Mercosur y UE? Como sea, llegados a este punto no es razonable
ver el vaso medio vacío e impugnar el acuerdo, como hacen los Medios. Queda
claro que el acuerdo nos lleva a revitalizar el Mercosur. Eso sí, yo soy Artículo
142. ¿Qué quiero decir con esto? Para empezar, que con Maduro y el chavismo gobernando en Venezuela no hay multilateralismo sostenible
en Sud América. Lo primero que se debe hacer a partir del 142 es enfilar los tanques
hacia la frontera con Venezuela y basta de juego.
BIANCA: Nosotros en la empresa tenemos muchas dificultades con Argentina
porque la estatolatría parece el ADN de los
hermanos ("hermanos", así se les llama popularmente a los argentinos en Brasil, NdeR). Prácticamente cualquier cosa que les compramos se discontinúa.
Incluso cuando los argentinos hacen cosas tan buenas como los chilenos,
Chile, que no está en el Mercosur, es previsible para hacer negocios. Así
que me parece que estos bloques de integración no creo que se puedan garantizar desde
afuera, dependen de las relaciones internas propias de cada país. Si lo veo
desde mi compañía, competir con los productos de la UE nos va a obligar, y
mucho. Ahora, claro, si te pesan gobiernos como los argentinos --tipo PT-- este acuerdo revienta a cualquiera que no sea burócrata porque la competencia te arrasa si debes cargar a toda esa caterva de vividores en que se convirtieron los políticos y su clientela en los últimos 30 o 40 años. Es que necesitas
un delicado engranaje económico, un balance entre liberalización y apoyo
gubernamental, una dinámica de los que saben, los que hacen los bienes, los que generan,
los que producen, y no de los ministros ni los déspotas de cátedra, con sus tesis, PhD y esa soberbia miope típica de sus planes ministeriales. Quiero decir que, para aprovechar
todos estos años de plazo estipulados en el Acuerdo, el ritmo lo deben marcar
los emprendedores y no los técnicos cuyo rol debe ser el de potenciar
lo decidido ya por los que hacen y no el de "regular". Mucho menos los
políticos que sí de algo deben ocuparse es de des-regular.
El acuerdo con la UE fija una buena cantidad de años para prepararnos, esto es,
hacer las reformas, des-regular y dejar que la empresa liberada marque el ritmo.
En esa medida, entonces sí, los demás actores de la vida nacional irán aportando
lo suyo.
ISABELA: El tema es las reformas necesarias para alcanzar una buena estatura
competitiva. No es solamente asunto del gobierno federal que --lo estamos viendo-- honra
sus promesas de campaña. Los gobiernos estaduales y municipales no hicieron
otra cosa durante las últimas décadas que inflar sus plantillas hasta la
inviabilidad fiscal. Ahora la política de estos tipos es mantener sus
clientelas, ¡qué cuernos les interesa las reformas!
CAMILA: Eso que dicen debe ir complementado con nuestra posición, como país, sobre lo que Davos llamó la 4ta Revolución Industrial: ¿qué vamos a hacer en Brasil con la Inteligencia Artificial, el Big Data, la impresión 3D, las tecnologías de identificación facial, el internet de las cosas y la tecnología que integra todos esos sistemas, el 5G? Hay países que simplemente van a sumarse al social score y no veo muy bien cómo no someterse a la onda hipertech que ya tenemos encima. ¿Cómo ha de ser el buen uso de esta arquitectura de control, la mayor tentación de tiranía de la historia humana? Ya está aquí a una década no más. Originalmente, la idea era que la influencia política y el poder se iban a distribuir mucho más con internet; y puede que esté sucediendo eso efectivamente –4Chan, Gab, las redes en Brasil, la liberación de las audiencias respecto de los Medios-- y, al mismo tiempo, todo lo contrario --el social score desde China. No olvidemos que el comunismo chino es un nuevo tipo de totalitarismo basado en Inteligencia Artificial. 2030 es la fecha límite globalista para acabar con este dilema y apacentar al ganado digital. Porque, ojo, la libertad en internet duró mientras los círculos progresistas reinaron a sus anchas, cosa que terminó con la proliferación contestataria durante la epopeya electoral pro Trump en 2016. Ahora mismo hay duras batallas. Las campañas de censura, por ejemplo, con muchos comunicadores intervenidos. En EUA el Departamento de Justicia investiga si las prácticas de negocio de los gigantes tecnológicos como Google, Apple, Amazon, etcétera, restringen la competencia. Ahí salieron los gurúes de internet, los mismos que reclamaban regulación gubernamental cuando Obama estaba en el gobierno, ahora lo hacen contra la persecución gubernamental. Por eso, ¿quién tiene en Brasil una política formulada para lidiar con esto? ¿Hay alguien entre nosotros, un equipo, algún movimiento, think tank, qué se yo, un tecno-filósofo, dedicado a encontrar mecanismos que impidan la concentración de poder alrededor de quienes controlan las computadoras más potentes en la red y pueden almacenar la información y con ella hacer predicciones y correlaciones para descubrir cosas sobre los demás capitalizando los datos? Por ejemplo, si todos aportamos información, ¿debería establecerse un nuevo modelo de relaciones económicas, no sé, que el verdadero cliente sea el usuario, que las personas sean remuneradas cuando algunos de sus datos resultan valiosos? ¿Vamos a dejar que nuestro destino sea regido por algoritmos?
CAMILA: Eso que dicen debe ir complementado con nuestra posición, como país, sobre lo que Davos llamó la 4ta Revolución Industrial: ¿qué vamos a hacer en Brasil con la Inteligencia Artificial, el Big Data, la impresión 3D, las tecnologías de identificación facial, el internet de las cosas y la tecnología que integra todos esos sistemas, el 5G? Hay países que simplemente van a sumarse al social score y no veo muy bien cómo no someterse a la onda hipertech que ya tenemos encima. ¿Cómo ha de ser el buen uso de esta arquitectura de control, la mayor tentación de tiranía de la historia humana? Ya está aquí a una década no más. Originalmente, la idea era que la influencia política y el poder se iban a distribuir mucho más con internet; y puede que esté sucediendo eso efectivamente –4Chan, Gab, las redes en Brasil, la liberación de las audiencias respecto de los Medios-- y, al mismo tiempo, todo lo contrario --el social score desde China. No olvidemos que el comunismo chino es un nuevo tipo de totalitarismo basado en Inteligencia Artificial. 2030 es la fecha límite globalista para acabar con este dilema y apacentar al ganado digital. Porque, ojo, la libertad en internet duró mientras los círculos progresistas reinaron a sus anchas, cosa que terminó con la proliferación contestataria durante la epopeya electoral pro Trump en 2016. Ahora mismo hay duras batallas. Las campañas de censura, por ejemplo, con muchos comunicadores intervenidos. En EUA el Departamento de Justicia investiga si las prácticas de negocio de los gigantes tecnológicos como Google, Apple, Amazon, etcétera, restringen la competencia. Ahí salieron los gurúes de internet, los mismos que reclamaban regulación gubernamental cuando Obama estaba en el gobierno, ahora lo hacen contra la persecución gubernamental. Por eso, ¿quién tiene en Brasil una política formulada para lidiar con esto? ¿Hay alguien entre nosotros, un equipo, algún movimiento, think tank, qué se yo, un tecno-filósofo, dedicado a encontrar mecanismos que impidan la concentración de poder alrededor de quienes controlan las computadoras más potentes en la red y pueden almacenar la información y con ella hacer predicciones y correlaciones para descubrir cosas sobre los demás capitalizando los datos? Por ejemplo, si todos aportamos información, ¿debería establecerse un nuevo modelo de relaciones económicas, no sé, que el verdadero cliente sea el usuario, que las personas sean remuneradas cuando algunos de sus datos resultan valiosos? ¿Vamos a dejar que nuestro destino sea regido por algoritmos?
LAERT: Con todo, el poder no pasó de los humanos a los algoritmos. ¿Ustedes
tienen idea de lo que en verdad pasa en Venezuela? De repente es el imperio de Immortal
Joe pero sin Max ni Imperator Furiosa. Así que
dejémonos de joder. En Venezuela la “oposición” dice ahora que se debe
consensuar con el chavismo democrático. Cuando se les pregunta dónde están,
quienes son los chavistas democráticos, todo termina en una vaguedad. ¡Que no
nos jodan, en Venezuela, aquí o los estados y municipios! Lo que hacen es
tratar de convencernos de que los aceptemos incluso después de todas sus
tramoyas. En Venezuela son ellos mismos, la oposición, el chavismo democrático.
No nos engañemos, acá están en dos de los poderes y en los gobiernos locales. Es como dices tú, ¡los
tipos están para el psiquiatra! Ahora bien, al chavismo ortodoxo, al castrismo,
al PT, al PSOL la ciencia no le aplica. El lema de esa banda es “cuanto peor
mejor”. “Mejor”, porque se trata de excitar los bajos instintos pues, y no
tanto la tentación propia de los bienes materiales, lo miden en degradación de
la convivencia y demolición de la cultura superior, al menos así es desde que
existe el marxismo cultural. Simplemente hay que ilegalizar a esas
organizaciones, como se hizo con los nazis.
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Una mutación antropológica
CAMILA: Es
increíble este renacimiento del anticomunismo en todo el mundo. Hace más de
medio siglo se comenzó en Neuremberg una tarea contra el totalitarismo y los
genocidios. Pero quedó por la mitad y, por eso, la memoria es ahora tan corta.
Sin embargo, existe hoy la oportunidad de completar esa cura del alma herida
que arrastra la humanidad. Espero que en unos años la ilegalidad que pesa sobre
el nazismo caiga también sobre el comunismo. Pero antes el mundo libre debe
despertar. Una derecha inculta es garantía de rotundo fracaso. El marxismo es
la corriente cultural hegemónica de la época, ¿no es cierto? Pues la derecha
tiene que dominar esa cultura, de lo contrario es inculta por definición.
¿Quién leyó seriamente en la derecha a Negri, Laclau, Harvey, Duguin, Byung-Chul Han o Fusaro, que no sea Olavo
y algún discípulo suyo? ¡Y no hablemos de quién leyó al mismo
Marx… Lenin, Lukács, Marcuse? El típico “x”, o millenial de derecha, se enteró que
la economía socialista no funciona y que los comunistas mataron cien millones
de personas y cree que ya sabe del marxismo todo lo que es preciso saber. Hablando
de Duguin, ¿alguien en la derecha brasileña habrá leído a Alain de Benoist?
¿Alguien conoce el fenómeno de la derecha marxista europea?
ALAN: Acá en
Brasil vivimos unos cincuenta años bajo la izquierda con gobiernos que fueron
de moderados a radicales --los que trabajan en organismos públicos, en escuelas
y universidades, o en el medio televisivo, siguen en ese limbo. Al fin y al
cabo, el comunismo dejó de insistir en las fábricas hace décadas para dedicarse
a conquistar las estructuras administrativas y culturales ya en la forma de
izquierdismo y últimamente como progresismo, que no es otra cosa que
liberalismo rectificado por el marxismo. “Ha
tenido lugar una mutación antropológica hacia 1974”, afirma con precisión un
personaje de Michel Houellebecq en Las partículas elementales.
Y eso desvela a todos acá, en Brasil, porque después de 50 años de
política cultural, y 20 de un régimen político socialista, la matriz cognitiva
progresista no es algo que se elige como una ideología sino algo con lo que se
crece desde nuestros primeros contactos con los Medios y con la maestra de
escuela. Puedes reaccionar contra eso en términos, digamos, de derecha, pero también que tus premisas sigan siendo de izquierda, y ahí estás jodido. Por eso, ahora los
movimientos civiles están en el período obsesivo con la izquierda, por así
decirlo, porque la lucha no da tregua y porque tantos años de adoctrinamiento
escolar, universitario y mediático te zombifican. Esto de la izquierda será un
tema recurrente por largo tiempo, gente. Algo que dejaría de traumatizarnos con
la izquierda, abandonado sus premisas, sería entender bien lo cultural. Quiero
decir que, para dejar esa matriz atrás, para ganar otro equipamiento cognitivo,
debiéramos por ejemplo entender que el robo epocal que padeció Brasil hasta
Lava Jato, y que tiene en prisión a gran parte de la clase política, es
escandaloso para nosotros, pero no para ellos. “¡Cómo pueden seguir!” “¡Nuestra
Señora!” “¡Qué caraduras!” y cosas, así como reclamándoles cordura. Primero, hay un quiebre y nuestra indignación
es ya una especie de puerta de salida. Después, y esto es clave entenderlo, para
un izquierdista, y no hablo solamente de los activistas, todo --pero todo-- se
justifica por la causa revolucionaria. Desde robar hasta matar, pasando por
cualquier tipo de perversiones. Todo lo que tiene valor es aquello que ayuda a
la causa revolucionaria, y robar, para estos tipos, ayuda a la causa
revolucionaria. Esto es así desde los anarquistas rusos del s.XIX. Esto es así
desde aquel joven ladrón de bancos llamado Stalin. “Debemos quebrantar la ley
hasta alcanzar la revolución. Respetando la ley no avanzaremos nada”, dijo una
vez el padrecito georgiano. Por eso, para ellos, ni siquiera cabe llamar “robo”
al desvío de dinero público, por fabuloso que fuera. Hay que entender al
Maquiavelo de Horkheimer, señores. Por desastroso que sea para ellos, que ni
siquiera lo reconocen, --por eso no tienen una sublevación interna y eso es su
crisis-- lo importante para el pueblo es saber que todos estábamos hasta cierto
punto, hasta 2013 más o menos, por transferencia educacional, inficionados de
inmoralidad. Y que deshacerse de ello lleva tiempo. Que los tics quedan. Que no
pocas envidias, celos y canalladas dentro de la derecha pertenecen a ese
universo bizarro…también. Miren sino cómo reaccionó la derecha con el asunto
del tal Franco Santa Cruz. Es solo que el presidente se meta con las vacas
sagradas de la izquierda –los terroristas de los setentas-- el infierno entero
se levanta y nadie es capaz siquiera de levantar una ristra de ajos. No parece
tan solo cosa de ignorantes, ni tampoco de cobardes.
CAMILA: Bueno, la izquierda, en todas
sus variantes, siempre quiso cambiar la sociedad, ¿no es cierto? En el último
parágrafo del Manifiesto Comunista, Marx escribe que los comunistas no desean
disimular sus reales intenciones, la destrucción de todo el orden social
vigente. Casi un siglo después, tenemos la Teoría Crítica de Frankfurt. En fin,
los matices varían en un arco que va desde destruir la sociedad hasta
transformarla, por usar las palabras más corrientes del discurso. Lo que
fastidia es ver en todo el continente tanta gente sorprendida cuando la
izquierda deja el gobierno y sus países quedan hechos un desastre. Peor todavía
es que no son pocos los que votaron por la izquierda los que se quejan de la
tierra arrasada que dejan los progresistas después de gobernar. Ni qué hablar
cuando, después de una desilusión, tipo Argentina, insisten en lo mismo, ¿No
quedó suficientemente claro en el siglo XX que la razón de ser de la izquierda
es precisamente estropearlo todo porque así son ellos? No les importa el
desmembramiento de la sociedad, ni la pauperización, ni cualquier tipo de
crisis. Entonces es como dices tú Laert, llegamos a la posmodernidad y la ética
de izquierda ahora consiste en sacralizar los vicios y criminalizar
las virtudes. Porque es ése el camino que lleva hoy a Occidente al precipicio.
Atrae a mucha gente y si bien tiene formas adecuadas a estas generaciones
formadas entre pantallas, sigue latiendo en el maestro fundador. La inmensa popularidad que alcanzaron las ideas de
Marx se debe a un proceso de identificación psicológica con su autor, no a un
proceso intelectual de comprensión de sus ideas, que son muy fáciles de rebatir
usando la lógica. ¡El sujeto abandonó a tres de sus hijos en el hambre y
el frío, en particular al que más quería, Edgar, con ocho años! ... y Laura y
Eleonor acabaron por suicidarse, para no hablar de Friederich, el hijo que tuvo
con su sirvienta y nunca reconoció! Detrás de alguien favorable a
las campañas por la legalización del aborto casi siempre hay alguien que trata de justificar moralmente un aborto que habrá
hecho. Ninguna mujer soporta la culpa de saber que asesinó a su hijo. La
corrupción sistémica que estalla en estos años, se compone de miles, de
millones de decisiones en la microfísica del poder, que es lo que favorece,
engranaje por engranaje, tamaño mecanismo usando el poder de Estado hasta
convertirlo todo en un círculo vicioso porque tú, en tu soledad, te sientes
imbécil si eres el único que hace todo correcto y sigues pobre mientras otros
se llenan los bolsillos. Los genocidios del siglo XX funcionaron del mismo modo
solo que en lugar de cuentas bancarias fueron campos de exterminio y en lugar
de, en tu soledad, tentarte con entrar en algún esquema, la cosa era tentarte
con mandar a los campos al vecino, a tu hermano, al colega de trabajo y así por
delante. Esa oferta llegó al mundo en el siglo XIX y llegó para quedarse. Ya en
el XX tienes a Lenin que acaba escribiendo “mejor pocos, pero mejores”. El
nazismo no es más que una derivación, la más frontal quizás –es notable cómo el
mismo Führer, en pleno avance sobre la URSS, desconoce sumariamente al movimiento
nacionalista ruso que podría haberle conseguido la victoria. Igual sucedió en
Varsovia un tiempo después, pero al revés. En fin, y como alguien dijo, el precio
de las guerras mundiales, y particularmente de la extirpación de Hitler, fue la
entrega de lo que los hombres llamaron en otras épocas, la Cristiandad…Pues,
¿qué habían producido la guerra y la victoria? Un súper-estado doméstico, una
economía parcialmente controlada, millones de conscriptos bajo las armas, y
temores generalizados ante la posibilidad de una nueva depresión cuando
comenzara la desmovilización de las tropas. Ahora, con
tanto católico desertando de la centralidad sacramental, en particular la
confesión, fieles y sacerdotes --que hay escasez de confesores-- quieren
saquearte el castillo interior. Lo que queda en el microcosmos de la vida
cotidiana es esta secularización de lo maléfico en la forma ideológica de
izquierdas con consecuencias catastróficas. En los últimos cincuenta años, con
la abrupta disminución de las certezas morales, los suicidios adolescentes
aumentaron casi un 500%.
LAERT: (risas) Para, para…Con
todo, hay que reconocer que todavía no pudieron acabar con Brasil, ni siquiera
con Venezuela. Dos o tres décadas no son suficientes para eliminar una sociedad.
No son anarco-kamikazes estos pícaros que, además, son bastante incompetentes.
Cuando se salen con la suya es porque cuentan con la frecuencia del miedo en la
gente. Eso sí, mientras tanto, te hacen la vida un infierno… ¿Ellos? De mil
maravillas. ¡Lo primero que hicieron en Caracas fue capturar a las Miss Venezuela para ellos! ¡Degradación comunista para ti, vida de capitalistas para ellos!
Estos sirvientes de los jinns se las arreglan para que el infierno te lo
cargues tú y tus generaciones. Salvo el delirio
polpotiano, que a punto estuvo de repetirse hace un par de décadas en Perú,
todas las demás aventuras marxistas se reservaron un capitalismo para ellos, en
particular para la oligarquía de partido, ¡y mira que ya son muchas aventuras
de estas en la historia! Al fin y al cabo, lo había enseñado Lenin en 1921
cuando el repliegue estratégico de la NEP evitó que todo el mismísimo Comité
Central del partido bolchevique se muriera de hambre. Al fin y al cabo, el
socialismo es un experimento capitalista y que sea resultado de un plan
preconcebido, o trazado en el camino, es secundario. Sino mira lo que los
venezolanos llaman “bodegones”, nunca hubo en la historia de Venezuela una
oferta de artículos así de sofisticados, una torta helada americana de 5
dólares, en Venezuela cuesta 80, un vino argentino de 100 dólares a 500, ¡el
salario mínimo es de 4 dólares, gente! Bueno, claro, la NEP… y la Cheka. Los
bodegones…y el SEBIN.
THIAGO: Cuando todo eso toma
una dimensión política, la izquierda va cambiando de nombre, comunistas,
socialistas, social-demócratas. Hoy es el progresismo y la otra cara de la
moneda, el marxismo identitario o de derecha. Para entender un poco lo que sucede ni siquiera en el
mundo, acá mismo, lo primero es ver que los ciudadanos creemos que vivimos en
una democracia plena cuando estamos bajo un régimen de control total de la
circulación de información, bajo el imperio absoluto de la ingeniería
comportamental. Para muestra bien vale un botón. Hoy incluso volvieron a
ningunear la cuestión del Foro de San Pablo en los Medios,
incluso en medio de su reunión XXV en Venezuela.
¡Otra vez confinando el asunto a la conspiranoia! …y es claro, toda vez que el
propio gobierno de derecha concibe a los partidos locales miembros del Foro
como adversarios políticos y no como organizaciones delincuentes en términos
tanto de la Ley Electoral como de la propia Constitución Nacional. Hay que ver
cómo funciona este régimen de control, gente. Porque la obsesión, incluso del
propio activismo bolsonarista, con el reformismo económico –ahora viene la
campaña por la reforma tributaria, después será la del Estado y así por
delante— desvía la emergencia constituyente. Ser un gran administrador de los
recursos públicos llevando al Brasil a ser el primer PBI mundial, es secundario
si al mismo tiempo no se combate la eugenesia, por poner el ejemplo más urgente
del aborto. Aborto, valorización de la carrera policial, protección de la familia,
combate a la ideología de género, descentralización administrativa en la
educación, apertura de las concesiones de radio y televisión para la libre
competencia, reforma universitaria, valorización de la alta cultura,
restauración del patrimonio histórico, entre otras banderas caras a los
diversos grupos que hoy componen el todavía difuso bolsonarismo, así como la
CPI contra el Foro, pueden quedar sepultados debajo del reformismo económico,
que es una verdadera avalancha. Ni qué decir con el tema del PSL, que es formar
otro partido político, cristiano en cultura y de libre empresa en economía. La otra cosa que quería decir es sobre la
izquierda. Hay una diferencia de intensidad entre el marxismo bolchevique, que hoy
sirve apenas como banda extorsiva con piquetes y escraches, y el progresismo
que, en su remodelación, integró los modelos mesiánicos y democráticos de
socialismo. La izquierda posmoderna, al unirse a las
reivindicaciones hedonista pequeño-burguesas como las del programa diversitario
y últimamente al lema de la abolición de las fronteras, se convirtió en el
mejor instrumento del capital globalista, que le anticipó los temas mediante la
mercadotecnia y la publicidad. Definitivamente dio la espalda a los intereses
de la clase trabajadora. Por eso los obreros del mundo les abandonaron sin
remedio. La izquierda se lumpenizó social y mentalmente, y es lo que conocemos
como “progresismo”. Ahora, ¿existe, o no, una lumpenización de las mayorías
populares? ¡Venezuela ya es un Estado lumpen! Y aquí, mientras nos ocupamos de mandar
a prisión a los Lulas, y mientras nos movilizamos apoyando la Reforma
Previsional, unos jueces cierran el cerco legislando por sobre el legislativo,
ellos hacen leyes con el programa progresista. La lumpenización del Brasil es
un programa que va cumpliéndose. Que haya la hecatombe del PT y que tengamos la
iniciativa por ahora, no puede taparnos que detrás tenemos un país en el que
las reglas del juego las hace esta gente. Perdieron una batalla en una guerra
que vienen ganando, gente. Hay oportunistas como Dória (João Dória, intendente
de San Pablo, NdeR), apasionado con la diputada progresista Tabata Amaral
(diputada federal del PDT, NdeR), que manifiestan algo por el estilo con sus
carreras políticas. Dória promociona a Tabata, que es un producto mediático de
la política lumpenizada y. como el tipo parece suponer que esta mujer mide bien
en los Medios, la aprovecha para su proyecto presidencial. Pero en Brasil no
está todo dicho. Puede que sea un error de los Dória creer que las mayorías
están hechas a su imagen y semejanza, mediocres sin remedio.
ISABELA: Me pregunto qué harán los movimientos con eso que consiguieron
hacia 2018. La gente los vio como algo contestatario de lo políticamente
correcto, pero novedoso. El desafío para lo que los Medios llaman "bolsonarismo" es no acabar recayendo en la derecha convencional. Eso ya es marxista, por así
decirlo, en el sentido de la socialización anti-capitalista al estilo del
turinense Fusaro. En fin, mientras la derecha no salga de la autorreferencialidad, quiero decir, abandonar esta especie de deleite armando líos entre figurillas vanidosas en lugar de dialogar con el pueblo, concretar potencialidades, toda esta experiencia no saldrá del cascarón.
ALAN: A propósito, ¿de dónde cuernos sacan que en Brasil hay una
revolución que no sea la revolución mesiánica mundial de onda larga? En LRC usan autores que no son los que tematizaron las revoluciones
históricas...
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Vértigo a la revolución
ALAN: Me parece que lo que
hubo aquí es una ola disruptiva de proporciones inéditas en la historia
reciente de Brasil, y este carácter inédito hace que algunos formadores de
opinión bolsonaristas crean que hay o hubo una revolución. Esta ola llevó a
Bolsonaro a la presidencia y eso es parte del carácter inédito que digo,
tomando en cuenta la biografía del presidente, las características de la
campaña, y la coalición de personalidades que expresan o representan intereses
dispares, incluso antagónicos, que confluyeron detrás de un objetivo que fue
quebrar la presencia del PT en el poder y punir a tantos líderes políticos
corruptos. Otra cosa es una revolución, que es cuando la cabeza de la gente
cambia completamente y el poder de la violencia cambia de manos. Coloqué el
tema sobre la mesa porque la idea de que hay o hubo una revolución conservadora
–el apellido corre por cuenta mía—y que por eso la forma de conducirse dentro
del sistema político que, mira, continúa siendo el mismo, consiste en ignorar
el orden institucional básico, es una ilusión. Una ilusión peligrosa, toda vez
que hace creer que tareas políticas fundamentales ya fueron realizadas y que,
por tanto, ya no hay que dedicarse a ellas. Hablo de la relación de fuerzas
necesarias para las reformas económicas, políticas y educativas. Y hablo de
reformas porque el conservadorismo es tan simple como adaptarse a lo que las
cosas van siendo. En fin, dicho sea de paso, la ilusión ésa yerra en la premisa
fundamental, si es que quieres hablar de una revolución cultural, que es la
formación de una fuerza política a tal efecto. Nadie puede afirmar que el PSL
sea eso, ¡por favor!
t17: Se entiende. Lo que inquieta es que Brasil no se declame
ni se declare revolucionario, ¿no? Probablemente se deba al conservadorismo peculiar que es lo que captó nuestra atención. Hay motivos para convencernos de un enfoque derivado de la imposibilidad de cerrar el círculo de la revolución. Ello conduce al significado originario del término que notoriamente tiene que ver con la metáfora astronómica y el movimiento circular y que, en las ciencias humanas, remite al Dante del Primer Móvil por contraste con el giro copernicano del cinquecento y con el padre espiritual de la revolución. como le llamaba Arendt a Maquiavelo. En
este preciso momento, nuestro compromiso es doble: seguir los excesos del sujeto
revolucionario, que representan el trato abierto e irresuelto del proceso --apertura del tiempo histórico-- sin perder de vista la institucionalización, que
es el modo a partir del cual, en el enfoque de las revoluciones históricas, cada revolución concluye para asegurar las
conquistas. Es que cabe esperar su desarrollo como
principio interno de la historia constitucional brasileña (esto es Rosenstock). Y siguiendo a Goldstone, atendemos a las luchas de facción al interior de la formación de poder, a los efectos --¿duraderos o no?-- sobre el sistema político.
- Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Raison d'Etat, multitud
y pueblo.
THIAGO: En la revolución permanente 4.0, Brasil avanza y con cruce de caminos a cada paso que deberían ustedes seguir en vuestro doble compromiso, como le llamas. A toda hora suceden dos cosas. Por un lado,
parece que el curso de los acontecimientos políticos va hacia una situación mayoritariamente
conformista y, al mismo tiempo, la ola que llevó a Bolsonaro al gobierno se
disipa si Bolsonaro no reacciona, con un pueblo que sale a las calles a su
favor. En junio había llegado el punto de que la convocatoria a las calles exigía
contar con el apoyo de figuras prominentes de su gobierno. La calle es la única
fuerza que consideran los políticos en el parlamento y en el Poder Judicial,
los que bloquean las reformas toda vez que no encuentran mayor límite en las
instituciones de la república. El Judicial todos los días impide el recorte de
cargos y de funciones burocráticas prometido en campaña. En las calles debe, pues,
confluir el gobierno con su fuerza de apoyo. No olvidemos que para el 26 de
mayo la propia presidencia se había declarado al margen. Las figuras de los movimientos
contemplaron eso con resignación y hasta justificando el asunto por cuestiones de
táctica gubernamental. Hasta se llegó a decir que el gobierno no podía
arriesgarse apoyando la manifestación, que eso podía llevarlo al impeachment, ¡imagínate! Eso es mezclar
gobierno y pueblo. Pero el hecho es que Bolsonaro no se limitó a contemplar con
buen humor a las personas que pelean por su gobierno cuando de lo que se trata
es que las consecuencias para todos ellos no son gratificantes en su medio
ambiente laboral y profesional, en particular si se trata de dependencias públicas,
educacionales o en la prensa y los Medios en general. Puedes hablar de
cuestiones de género, por ejemplo, para defenderlas, o tienes la opción de
callar, pero si hablas en contra, eres anatemizado, reprendido o despedido --a
veces le queda claro a uno que en octubre no se ganó el gobierno, que el poder todavía
lo ejerce el Foro de San Pablo. El pueblo que lucha para que se cumpla el
programa electoral, cada día se las arregla por las suyas con el viejo régimen.
Entonces ocurrió que el ministro Heleno sube el 30 de junio a la tribuna en
Brasilia, es Bolsonaro que reacciona desde Osaka. De ahí en más, se trata de sostener
esa actitud de acompañar al pueblo. Las movilizaciones consiguieron la
aprobación de la MP 870 de crédito suplementario, garantizar la Reforma
Administrativa frenando la multiplicación de ministerios y la aprobación de la
Reforma Provisional en primer turno. Ahora, la prueba de fuego para el gobierno
es sortear las mil y una dificultades armadas por el STF (Corte Suprema, NdeR)
y desactivar la bomba fiscal, la lucha parlamentaria para avanzar con la
Reforma Previsional. Viene bien de abajo una convocatoria para el 26 de agosto.
Es que hay mucho funcionario implicado en Lava Jato y no quieren seguir
cayendo. Y la gente que está harta de sus trampas, tantas trabas del STF
principalmente, pero también en las Cámaras. En eso estamos.
ISABELA: Casi nos resignarnos a que la marea popular se conforma con el
jefe de la banda en prisión. Que no se aspira a mucho más. Que la economía retomase
índices petistas de consumo, que se trace una economía a tal fin. Suficiente. Así
las cosas, sobraría para el remanente conservador la defensa de la vida, contra
el aborto, la ideología de género y el desarme civil. Porque el viejo régimen
va por eso y es la sociopatía de occidente. Van a dar la batalla por la
legalización del aborto todo el tiempo y en todas partes hasta 2030. Entonces, la
casta política podría conformarse con Bolsonaro de figura decorativa y el remanente
anti-comunista luchando en la última línea de frontera. Pero es como dices, no
está nada dicho. La batalla es en el parlamento, principalmente con la Corte que
se ha puesto a legislar y, sobre todo, en la calle. Si gobiernan esos poderes han
de pulverizar el programa votado en 2018 y eso, insisto, en Brasil tiene como
límite de tolerancia la prisión de Lula, no el aborto. Por eso, existe una
especie de cronograma de amenazas de abrirle las puertas al padrino. Cada vez
que llega el día que han de liberarlo, Brasil está que explota y, finalmente, Lula
permanece en prisión. Claro que, a cambio, ellos avanzan con el programa
globalista. La prisión de Lula funciona en los hechos como prenda de garantía:
lo dejamos adentro si se ustedes juegan con nosotros a las escondidas. Y todos
nos iremos adaptando a eso. Sin embargo, hay dos detalles que impiden que tal
tira y afloje sea una zona de confort nacional. Uno es que, por primera vez en
cincuenta años, hay un pueblo en las calles con banderas conservadoras obligando
al presidente elegido. Y todo indica que se superó ya el mero anti-petismo. El
otro, es la apertura de la caja del BNDES, etc. El estallido del mecanismo es
como Chernobyl, la prisión de Lula no funciona como un domo. El choque de
fuerzas es tan grande que las articulaciones conspirativas saltan por los
aires, incluso la conspiración de algunos generales junto a grupos
parlamentarios y empresarios quedó ahora desvelada en palabras del propio
presidente de la Corte Suprema, Dias Toffoli. Ambas cuestiones, el pueblo
conservador en las calles, que el 26 de mayo desarticuló la conspiración, tanto
como los procesos por corrupción inspirados en Lava Jato, tienen una dinámica
propia.
CAMILA: Es tan radical lo que está en juego que, a veces, el único que parece
timonear el asunto sin que explote es Bolsonaro, él cuenta con la legitimidad de
las urnas y popular, porque el pueblo percibe que el hombre habla con el
corazón en la mano. ¿Ustedes vieron el clamoroso recibimiento del presidente ahí
donde perdió, en el nordeste? Sin embargo, hay momentos en que el mecanismo
parece imponerse y que surge un consenso a espaldas del pueblo. Pero nadie
puede decir que el presidente defecciona. Bolsonaro gobernando no es muy
diferente a su gestión de décadas como diputado: un resistente. Nos permitió
salir adelante en octubre del año pasado. Con todo, no hay que perder de vista
ni por un instante que toda disputa real de poder es ajena al proceso
electoral. Porque construir es otra cosa. Se ganó un gobierno con veinte
centavos, ok, histórico. Ahora, cuando la historia reclama ir más allá…humm. La
trayectoria del capitán no es la de un constructor político. Entonces no se lo
exijamos. Creo que es su límite. No abandonó en Juiz de Fora, con eso fue más
que suficiente porque, ojo, todo se había fregado con la puñalada y, de hecho,
él quedó fuera de campaña. Ahí tienes al mito. Fue suficiente. Ahora ya pasó más de medio año y lo que no avanza, retrocede. Además, hay otros actores a
tener en cuenta, el centrão, algunos generales, los grupos económicos que se
beneficiaron durante el régimen, la izquierda. Entonces, vamos al punto porque
lo que no veo es lo que tú ves, quiero decir el pueblo en las calles.
Disculpen. Yo no falto nunca a las convocatorias. Y lo que veo en las calles no
es al pueblo. Veo a la multitud que no es igual. Veo electores que reclaman su
inversión de octubre. Lo confirmas cuando hablas con la gente y cuando las ves
deambulando por la Paulista como recorriendo workshops. Muy bien. Pero debemos
llamar a las cosas por su nombre, a no confundir, que el pueblo es algo
orgánico. El pueblo no es un sujeto pre-existente ni un mero efecto de
apelación discursiva. Tampoco es un fenómeno de agregación individualista. Hablo
de “pueblo” como movimiento heterogéneo con sus líderes sectoriales, barrios,
industrias, comercios, universidades, centros estudiantiles, gremios y
colegios, asociaciones de las cuales las personas se valen para ejercer el
derecho legítimo a la soberanía. Ahora bien, todas esas lideranzas están replegadas
con la vergonzosa corrupción de las últimas tres décadas, y muchos hasta
implicados, pero nadie los echó a patadas, están ahí los mismos o, si hay
vacío, no lo ocupa nadie. Acá es cuando hay que hablar de la necesidad de un
partido político conservador, cristiano y de libre empresa, enfocado en rescatar
todos esos espacios para Brasil.
BIANCA: Hablando de Osaka y del G-20. Voy a volver al tema de las
relaciones internacionales para argumentar mi punto. Si testean la campaña
presidencial con la política internacional del gobierno, ¿qué hay? Se proclamó,
cuando no el fin del Mercosur, al menos su pase a reserva. Pues no hemos visto
otra cosa que el Mercosur entrando a campo. Donde se proclamaban acuerdos
bilaterales, tienes ahora el Mercosur-UE y reflotar el BRIC. El prometido traslado
de la embajada a Jerusalén pasó a último plano. La denuncia de la creciente
dependencia China fue substituida por una renovación de lazos comerciales. La
amenaza de castrismo venezolano está ahí, vivito y coleando, ¡ahí fue el XXV
encuentro del Foro de San Pablo! Lo que tenemos, señores, no es otra cosa que
el posibilismo del ejercicio de gobierno en una democracia liberal. El margen
programático, por así decirlo, se reduce al máximo si gobiernas, cuando directamente
no se guardan el programa. En política es como Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Es
más, el gobierno se autonomiza respecto del movimiento y del programa con los
que ganó, mucho más si es que todo eso se componía de compromisos de orden cristiano.
Salvando las distancias a favor de Bolsonaro, verán algo por el estilo con
Boris Johnson en Gran Bretaña. Hablo de la esencia de la Raison d'Etat, de la
diferencia entre lo que se debe hacer y lo que efectivamente se hace cuando de
lo que trata el establishment es preservar el Estado eliminando todo síntoma de
ruptura. Ahora, ¿qué expresaba el programa Bolsonaro y la campaña? Las
aspiraciones populares, tanto como el hartazgo con el régimen tucano-petista,
la lucha de calles, como el arco de alianzas que tejió el presidente, ¡la
ruptura! Pero hay que saber ver ahora que Bolsonaro ya no es eso, y no puede
serlo si atiendes a la Constitución social-liberal de 1988 y, no sé… a la propia
biografía del presidente. Es por eso que quienes quieran extender la ruptura
iniciada en 2013 hacia una democracia nueva, porque la democracia liberal o
progresista dejó de ser una forma de gobierno y se ha convertido en una especie
de religión laica, deberán hacer su propio camino, si no distinto, paralelo al
menos, pero no dentro o dependiente del gobierno. Eso sí, gente, un partido
político no creo que sea la forma, desde arriba, una ingeniería política, un diseño
de cátedra o de ministerio. De lo que se trata es de otra cosa, impulsar,
modelizar, alentar. Se me ocurren varios economistas, Shumacher, Pearce, Samuel
Gregg, Blond, bueno, Blond no es precisamente economista. Vamos a ver, yo tengo
mi propio negocio, entonces por eso digo, “modelizar” no como en esos cursos
escolares o programas gubernamentales sobre emprender, modelizar de abajo a
arriba, modelizar en emprendedorismo, modelizar el comercio y la actividad
empresarial, buenos emprendedores, verdaderos empresarios. Lo mejor sería la formación
de ligas civiles de contribuyentes, con abogados, economistas, filósofos, e inteligencia
en los organismos estatales y fuerzas de seguridad.
LAERT: Eso suena lindo, pero no embromes, ¡lleva 50 años! En el camino
morimos todos y, encima, con un gobierno comunista de vuelta. No señores, ¡el artículo
142 es para ahora! ¡Basta de pendejadas! Bolsonaro tiene que ucranizar al
Congreso, y fin del carnaval. Y si no quiere, o no se atreve, entonces el
pueblo tiene que obligarlo, porque el señor debe cumplir el programa que lo
llevó a ganar las elecciones. Si se atrevió a competir en esta selva de todos
contra todos, entonces que vaya hasta el final. De lo contrario, si se somete a
la Razón de Estado que tú dices, el pueblo va a abandonarlo a su suerte. El 26 de
mayo y el 30 de junio las masas llamaron su atención, el capitán se dio cuenta.
Ahora tiene que cerrar el cerrojo y cuidar del Brasil. Porque ustedes verán que
el parlamento NO vota la Reforma Previsional este año y, díganme: ¿qué van a
hacer cuando estalle la bomba fiscal y las medidas contra-crisis lleven a perder
el apoyo?
THIAGO: Lo que decide el curso de las cosas no son los propósitos
proclamados, sino los medios de acción disponibles. Quiero desarrollarlo,
porque todo lo que dije antes fue haciendo hincapié en el vaso medio vacío. Infelizmente
es parte de la realidad. Dicho esto, pasemos a ver la otra parte del vaso, y no
voy a mencionar la cantidad de medidas gubernamentales excelentes que ya
señalamos otras veces porque, además, buena parte de ellas son bloqueadas
después por los otros dos poderes. La inflación de julio fue la más baja en 13
años y…No, me aguanto (risas) me refiero nada más a un par de asuntos que
podríamos afirmar enriquecen nuestro pobre capital político-cultural y que ni
los “representantes” ni las excelencias de la Corte Suprema pueden arruinar.
Primero, la marea popular pasó la prueba del 26 de mayo y del 30 de junio. Resulta
entonces que no era un fenómeno electoral nada más. Habrá quien estudie si la
multitud –como bien dice Camila-- cuenta con un verdadero movimiento
conservador articulado por las redes sociales y tiene capacidad de calle y que a
eso podamos llamar pueblo. Por supuesto, que no obsta la raíz asociativa que tu
destacas Camila, aunque insisto que yo creo que hay bastante más que una
multitud de electores, principalmente en el movimiento de calles del 26 de mayo
y el 30 de junio y, sobretodo, en los espacios que se abren como conferencias,
editoriales, los Docentes por la Libertad. Bueno, vamos, que daría para largo,
pero yo veo en las manifestaciones y en las redes un pueblo que se forma en la
búsqueda de otra representación política, ejerciendo el derecho a la soberanía en
oposición al estamento burocrático tipo soviético que padecemos y esto ya viene
de largo. Segundo, la cuestión de 1964 y el límite militar, está sobre la mesa.
Ya no es tan fácil apelar al 7mo de caballería porque esa reserva, si existe,
es en USA, no en Brasil. Miren, Olavo nos interpela: “¿Cuántos generales apoyaron a Bolsonaro
con la intención sincera de obedecer al presidente y cuántos pensaban apenas en
usarlo como instrumento provisional para la instalación de un gobierno militar
de tipo chavista? NADIE, fuera de los altos círculos militares, sabe la
respuesta.” Plantearse esta cuestión ya no es un tabú en la derecha brasileña.
Está en el orden del día. Una victoria intelectual. Por vez primera hay una
crítica de derecha al recurso militarista típico de nuestros países.
ALAN: Sobre lo que dijo Laert. El que va a abandonarse a su suerte buscando
atajos tipo artículo 142 es el pueblo mismo. Confías demasiado en los
generales, Laert. Me parece que esta guerra
que hace el mecanismo contra Bolsonaro, y que estaba en los papeles que iba a
suceder pero que todavía no podemos creer que nos explotara en la cara en el
mismo momento que el presidente asumía en Brasilia, sin chance, sin los 100
días inaugurales de tregua, que no nos da respiro –para no hablar del atentado--
hace que no nos paremos a pensar. Pensemos pues ahora. Se pierde de vista el
“detalle”, gente, de que hace menos de un año el 45% del país votó a una banda
de delincuentes, ¡47 millones de personas! …encima toda la prensa, la clase
universitaria --todas las profesiones superiores, el poder en su extensión más
decisiva, están ocupadas por las mentes formadas en la universidad—en fin, el meanstream entero. Acá se olvidan que
estamos en un país donde toda estos estos, y más todavía, como todos los
generales, sostuvieron muchos años a la banda del PT aun cuando había voces que
gritaban que era un proyecto comunista internacional. Y ahora –disculpa Laert,
pero cuando escucho a los que exigen algún tipo de intervención militar no
puedo dejar de fastidiarme-- es como una especie de narcótico, no sé,
democratista, infantil diría, que dopó a la parte esclarecida del país, y borró
de sus mentes el hecho de que somos parte de un mundo que viene en caída hace
unos siglos ya, ahora muy histerizado por el delirio tecnológico y miles de mundanidades.
El mundo tiene su programa de gobierno global para el rediseño post-humano de
la especie. Eso es parte de lo que ustedes llaman “globalismo”, gobernanza
diversitaria, etc, y que rompe con la historia nacional, con la humanización
litúrgica, sacramental, que tanto costó a la cristiandad extender por los
continentes. Estamos en el delirio de vaya a saber qué locos sueños ciborg encarnando
en el buraco de la memoria de pecado de cada uno. A nuestros pobres países nos toca
la ruina terrestre de Elysium. Ustedes se olvidaron que este es el cuadro,
contra esto se lucha señores. ¿Sí o no? Díganme. Pueden no acordar con mi
manera de mostrarlo, pero es un hecho que las teníamos todas en contra. A ver,
¿sí o no? ¿Qué esperaban entonces? ¿Ustedes creen que los “representantes”, que
la división de poderes, que las instituciones, que esos generales
colaboracionistas, qué se yo, que la República Nova con su estatuto de 1988, va
a respetar el voto? ¡No se puede salir gritando Artículo 142 cada vez que las
papas queman! A esta altura del juego, eso es un…amateurismo.
BIANCA: Me parece una obviedad, al menos entre nosotros, salvo que mandes
un mensaje vaya a saber a quién, cosa que a él corresponde, en cualquier caso, ya
que es su medio. Me refiero a que en este mundo se libran las batallas y nadie
puede estar seguro de salvarse, absolutamente nadie, ni siquiera el Soberano
Pontífice ni los santos mientras viven acá en la tierra. Y la libramos a
contra-corriente, contra-mundum. Así que tener las mundanidades en contra
debiera ser normal para el cristiano. Es muy probable que, de aquí a unas pocas
décadas, Occidente haya entrado en una necrosis insalvable. Esta época de
descomposición de la razón es muy rápida. Algunos hablan que, en cien años,
como tras la devastación del Imperio Romano, sobre las ruinas, habrá de nuevo
la necesidad de una reconquista cultural. En fin, por ahora, en Brasil se decidió
remar a contra-corriente.
ISABELA: Todas en
contra, muy bien, puede ser. Solo queda hacer lo
correcto, dedicarse a estas causas perdidas porque es lo correcto, rezar hasta
esfolar las rodillas, y confiar en Nuestro Señor. Pero mientras no
estemos muertos la última carta no está echada, gente. Hay que reclamar la ayuda divina, pero también seguir luchando y
trabajando. Vamos de nuevo. Hablamos del país, ¿no? Pues no podemos esperar
que un presidente resuelva todo, de nuevo, colocándolo en lugar del Señor, que
poco poder tiene un presidente cristiano y de derecha como este que nos dimos
de gobernante. Bolsonaro está haciendo su parte. Primero aclaremos esto, porque
de lo contrario sí claro que hay que hacerle el reclamo al hombre. Yo digo que
él hace su parte, solo que falta el resto, o sea, falta casi todo, gente. Hay en
marcha un movimiento de renacimiento de la alta cultura iniciado por Olavo y todo
está por hacerse. Como dicen en Senso Incomum,
sin tradición y sin literatura, el pueblo somos una masa moldeable de maniobra
para que nos aplaste cualquier ideología. Hay un equipo económico
generando las reglas de juego y los emprendedores han de levantar el guante a
su tiempo, pero que todavía no es. Gracias a la confluencia de Bolsonaro y Moro
es real la posibilidad de restaurar el imperio de la ley con Estado de Derecho,
es posible, no más… no menos. Como se ve, la tarea es inmensa. Pero solamente el
que nada contra-corriente sabe que está vivo. También faltan las lideranzas
sectoriales, y lo que señala Camila, el partido para los que prefieren lidiar
con intrigas (risas). No es la misma cosa. Son dos cosas hasta cierto punto
diferentes, partido y asociaciones civiles. Porque si no hay esa organicidad
que identifica Camila a nivel local y situado, una sobre-estructura pedalea en
el aire o, incluso, eso tan cubanoide tipo “el pueblo soy yo“, quiero decir, la
homogeinización que tanto conocemos en América Latina, con el líder y su carisma a partir de la relación con las
masas que se conforman como “su” pueblo. Mira a Roselló en Puerto Rico. El gobierno
democrático cae desestabilizado por los colectivos y no supo hacer otra cosa
que argumentar su defensa con premisas de la izquierda. Así no mi hermano, así
no.
ALAN: Bolsonaro debe (hipotéticamente) ser visto como una especie de
disidente de la ideología positivista comtiana, mayoritaria en el ejército. Si
tuviera como criterio único y universal sólo el conocimiento y la práctica
técnica y científica, habría literalmente cientos de militares capaces de
asumir las posiciones diferentes y decisivas dentro del ejecutivo. Pero las
cosas no salieron como se esperaba y el capitán resolvió enfrentarse y los
generales vieron que sus sueños de una autocracia se desmoronaban. Retirar a Bolsonaro
de la presidencia, independientemente de si se trataba de un movimiento
legítimo o un simple deseo golpista, tendría un doble propósito: elevar a los
militares a un puesto de fuerza inmanejable porque usarían la constitución para
tomar el mando del país y luego crear una nueva conciencia; y dejar en claro a
los demás que si es posible eliminar a un militar contrario a su ideología y
objetivos, incluso si cuenta con el apoyo de 57 millones de brasileños, será
más fácil eliminar cualquier otro engranaje inconveniente de esta máquina
burocrática. Una especie de dictadura legitimada que nos atraparía en décadas
de estatalismo disfrazado de orden. Cada vez queda más claro que el
establishment tolera al Presidente. No tuvieron chance de encontrar el candidato
continuista, la versión moderada del PT. Se tragaron el sapo. Ahora aprovechan
cada oportunidad para acabar dos pájaros de un tiro: sacarse de encima al
deshecho petista y, a la vez, hacer lo propio con un presidente que no es su
títere.