"En Brasil se decidió remar a contra-corriente"

Sesión con Bianca (29, San Pablo, Chief Data Officer), Camila (34, Campinas, emprendedora en el área de estimulación cognitiva) Thiago (26, San Pablo, back-end developer), Isabela (24, Belo Horizonte, emprendedora textil), Alan (41, Taipei-tw, ingeniero, ex profesor universitario) y Laert (51, Río de Janeiro, gastronómico y director de una escuela de hostelería).

-       Un destino regido por algoritmos. El Mercosur en tiempos del totalitarismo 5G

LAERT: No sé cómo pero de pronto el Mercosur, que como dijo alguien estaba para el equipo de reserva, con lo del acuerdo Unión Europea saltó a la cancha y de titular. Ok. Aplausos. Ahora, yo digo, pareció medio improvisado eso, porque cualquiera recuerda la campaña electoral de Bolsonaro a favor del bilateralismo. ¿No se sabía de la negociación en curso desde hace años entre Mercosur y UE? Como sea, llegados a este punto no es razonable ver el vaso medio vacío e impugnar el acuerdo, como hacen los Medios. Queda claro que el acuerdo nos lleva a revitalizar el Mercosur. Eso sí, yo soy Artículo 142. ¿Qué quiero decir con esto? Para empezar, que con Maduro y el chavismo gobernando en Venezuela no hay multilateralismo sostenible en Sud América. Lo primero que se debe hacer a partir del 142 es enfilar los tanques hacia la frontera con Venezuela y basta de juego.

BIANCA: Nosotros en la empresa tenemos muchas dificultades con Argentina porque la estatolatría parece el ADN de los hermanos ("hermanos", así se les llama popularmente a los argentinos en Brasil, NdeR). Prácticamente cualquier cosa que les compramos se discontinúa. Incluso cuando los argentinos hacen cosas tan buenas como los chilenos, Chile, que no está en el Mercosur, es previsible para hacer negocios. Así que me parece que estos bloques de integración no creo que se puedan garantizar desde afuera, dependen de las relaciones internas propias de cada país. Si lo veo desde mi compañía, competir con los productos de la UE nos va a obligar, y mucho. Ahora, claro, si te pesan gobiernos como los argentinos --tipo PT-- este acuerdo revienta a cualquiera que no sea burócrata porque la competencia te arrasa si debes cargar a toda esa caterva de vividores en que se convirtieron los políticos y su clientela en los últimos 30 o 40 años. Es que necesitas un delicado engranaje económico, un balance entre liberalización y apoyo gubernamental, una dinámica de los que saben, los que hacen los bienes, los que generan, los que producen, y no de los ministros ni los déspotas de cátedra, con sus tesis, PhD y esa soberbia miope típica de sus planes ministeriales. Quiero decir que, para aprovechar todos estos años de plazo estipulados en el Acuerdo, el ritmo lo deben marcar los emprendedores y no los técnicos cuyo rol debe ser el de potenciar lo decidido ya por los que hacen y no el de "regular". Mucho menos los políticos que sí de algo deben ocuparse es de des-regular. El acuerdo con la UE fija una buena cantidad de años para prepararnos, esto es, hacer las reformas, des-regular y dejar que la empresa liberada marque el ritmo. En esa medida, entonces sí, los demás actores de la vida nacional irán aportando lo suyo.

ISABELA: El tema es las reformas necesarias para alcanzar una buena estatura competitiva. No es solamente asunto del gobierno federal que --lo estamos viendo-- honra sus promesas de campaña. Los gobiernos estaduales y municipales no hicieron otra cosa durante las últimas décadas que inflar sus plantillas hasta la inviabilidad fiscal. Ahora la política de estos tipos es mantener sus clientelas, ¡qué cuernos les interesa las reformas! 

CAMILA: Eso que dicen debe ir complementado con nuestra posición, como país, sobre lo que Davos llamó la 4ta Revolución Industrial: ¿qué vamos a hacer en Brasil con la Inteligencia Artificial, el Big Data, la impresión 3D, las tecnologías de identificación facial, el internet de las cosas y la tecnología que integra todos esos sistemas, el 5G? Hay países que simplemente van a sumarse al social score y no veo muy bien cómo no someterse a la onda hipertech que ya tenemos encima. ¿Cómo ha de ser el buen uso de esta arquitectura de control, la mayor tentación de tiranía de la historia humana? Ya está aquí a una década no más. Originalmente, la idea era que la influencia política y el poder se iban a distribuir mucho más con internet; y puede que esté sucediendo eso efectivamente –4Chan, Gab, las redes en Brasil, la liberación de las audiencias respecto de los Medios-- y, al mismo tiempo, todo lo contrario --el social score desde China. No olvidemos que el comunismo chino es un nuevo tipo de totalitarismo basado en Inteligencia Artificial. 2030 es la fecha límite globalista para acabar con este dilema y apacentar al ganado digital. Porque, ojo, la libertad en internet duró mientras los círculos progresistas reinaron a sus anchas, cosa que terminó con la proliferación contestataria durante la epopeya electoral pro Trump en 2016. Ahora mismo hay duras batallas. Las campañas de censura, por ejemplo, con muchos comunicadores intervenidos. En EUA el Departamento de Justicia investiga si las prácticas de negocio de los gigantes tecnológicos como Google, Apple, Amazon, etcétera, restringen la competencia. Ahí salieron los gurúes de internet, los mismos que reclamaban regulación gubernamental cuando Obama estaba en el gobierno, ahora lo hacen contra la persecución gubernamental. Por eso, ¿quién tiene en Brasil una política formulada para lidiar con esto? ¿Hay alguien entre nosotros, un equipo, algún movimiento, think tank, qué se yo, un tecno-filósofo, dedicado a encontrar mecanismos que impidan la concentración de poder alrededor de quienes controlan las computadoras más potentes en la red y pueden almacenar la información y con ella hacer predicciones y correlaciones para descubrir cosas sobre los demás capitalizando los datos? Por ejemplo, si todos aportamos información, ¿debería establecerse un nuevo modelo de relaciones económicas, no sé, que el verdadero cliente sea el usuario, que las personas sean remuneradas cuando algunos de sus datos resultan valiosos? ¿Vamos a dejar que nuestro destino sea regido por algoritmos?

LAERT: Con todo, el poder no pasó de los humanos a los algoritmos. ¿Ustedes tienen idea de lo que en verdad pasa en Venezuela? De repente es el imperio de Immortal Joe pero sin Max ni Imperator Furiosa. Así que dejémonos de joder. En Venezuela la “oposición” dice ahora que se debe consensuar con el chavismo democrático. Cuando se les pregunta dónde están, quienes son los chavistas democráticos, todo termina en una vaguedad. ¡Que no nos jodan, en Venezuela, aquí o los estados y municipios! Lo que hacen es tratar de convencernos de que los aceptemos incluso después de todas sus tramoyas. En Venezuela son ellos mismos, la oposición, el chavismo democrático. No nos engañemos, acá están en dos de los poderes y en los gobiernos locales. Es como dices tú, ¡los tipos están para el psiquiatra! Ahora bien, al chavismo ortodoxo, al castrismo, al PT, al PSOL la ciencia no le aplica. El lema de esa banda es “cuanto peor mejor”. “Mejor”, porque se trata de excitar los bajos instintos pues, y no tanto la tentación propia de los bienes materiales, lo miden en degradación de la convivencia y demolición de la cultura superior, al menos así es desde que existe el marxismo cultural. Simplemente hay que ilegalizar a esas organizaciones, como se hizo con los nazis.

-       Una mutación antropológica

CAMILA: Es increíble este renacimiento del anticomunismo en todo el mundo. Hace más de medio siglo se comenzó en Neuremberg una tarea contra el totalitarismo y los genocidios. Pero quedó por la mitad y, por eso, la memoria es ahora tan corta. Sin embargo, existe hoy la oportunidad de completar esa cura del alma herida que arrastra la humanidad. Espero que en unos años la ilegalidad que pesa sobre el nazismo caiga también sobre el comunismo. Pero antes el mundo libre debe despertar. Una derecha inculta es garantía de rotundo fracaso. El marxismo es la corriente cultural hegemónica de la época, ¿no es cierto? Pues la derecha tiene que dominar esa cultura, de lo contrario es inculta por definición. ¿Quién leyó seriamente en la derecha a Negri, Laclau, Harvey, Duguin, Byung-Chul Han o Fusaro, que no sea Olavo y algún discípulo suyo? ¡Y no hablemos de quién leyó al mismo Marx… Lenin, Lukács, Marcuse? El típico “x”, o millenial de derecha, se enteró que la economía socialista no funciona y que los comunistas mataron cien millones de personas y cree que ya sabe del marxismo todo lo que es preciso saber. Hablando de Duguin, ¿alguien en la derecha brasileña habrá leído a Alain de Benoist? ¿Alguien conoce el fenómeno de la derecha marxista europea?

ALAN: Acá en Brasil vivimos unos cincuenta años bajo la izquierda con gobiernos que fueron de moderados a radicales --los que trabajan en organismos públicos, en escuelas y universidades, o en el medio televisivo, siguen en ese limbo. Al fin y al cabo, el comunismo dejó de insistir en las fábricas hace décadas para dedicarse a conquistar las estructuras administrativas y culturales ya en la forma de izquierdismo y últimamente como progresismo, que no es otra cosa que liberalismo rectificado por el marxismo. “Ha tenido lugar una mutación antropológica hacia 1974”, afirma con precisión un personaje  de Michel Houellebecq en Las partículas elementales. Y eso desvela a todos acá, en Brasil, porque después de 50 años de política cultural, y 20 de un régimen político socialista, la matriz cognitiva progresista no es algo que se elige como una ideología sino algo con lo que se crece desde nuestros primeros contactos con los Medios y con la maestra de escuela. Puedes reaccionar contra eso en términos, digamos, de derecha, pero también que tus premisas sigan siendo de izquierda, y ahí estás jodido. Por eso, ahora los movimientos civiles están en el período obsesivo con la izquierda, por así decirlo, porque la lucha no da tregua y porque tantos años de adoctrinamiento escolar, universitario y mediático te zombifican. Esto de la izquierda será un tema recurrente por largo tiempo, gente. Algo que dejaría de traumatizarnos con la izquierda, abandonado sus premisas, sería entender bien lo cultural. Quiero decir que, para dejar esa matriz atrás, para ganar otro equipamiento cognitivo, debiéramos por ejemplo entender que el robo epocal que padeció Brasil hasta Lava Jato, y que tiene en prisión a gran parte de la clase política, es escandaloso para nosotros, pero no para ellos. “¡Cómo pueden seguir!” “¡Nuestra Señora!” “¡Qué caraduras!” y cosas, así como reclamándoles cordura.  Primero, hay un quiebre y nuestra indignación es ya una especie de puerta de salida. Después, y esto es clave entenderlo, para un izquierdista, y no hablo solamente de los activistas, todo --pero todo-- se justifica por la causa revolucionaria. Desde robar hasta matar, pasando por cualquier tipo de perversiones. Todo lo que tiene valor es aquello que ayuda a la causa revolucionaria, y robar, para estos tipos, ayuda a la causa revolucionaria. Esto es así desde los anarquistas rusos del s.XIX. Esto es así desde aquel joven ladrón de bancos llamado Stalin. “Debemos quebrantar la ley hasta alcanzar la revolución. Respetando la ley no avanzaremos nada”, dijo una vez el padrecito georgiano. Por eso, para ellos, ni siquiera cabe llamar “robo” al desvío de dinero público, por fabuloso que fuera. Hay que entender al Maquiavelo de Horkheimer, señores. Por desastroso que sea para ellos, que ni siquiera lo reconocen, --por eso no tienen una sublevación interna y eso es su crisis-- lo importante para el pueblo es saber que todos estábamos hasta cierto punto, hasta 2013 más o menos, por transferencia educacional, inficionados de inmoralidad. Y que deshacerse de ello lleva tiempo. Que los tics quedan. Que no pocas envidias, celos y canalladas dentro de la derecha pertenecen a ese universo bizarro…también. Miren sino cómo reaccionó la derecha con el asunto del tal Franco Santa Cruz. Es solo que el presidente se meta con las vacas sagradas de la izquierda –los terroristas de los setentas-- el infierno entero se levanta y nadie es capaz siquiera de levantar una ristra de ajos. No parece tan solo cosa de ignorantes, ni tampoco de cobardes. 

CAMILA: Bueno, la izquierda, en todas sus variantes, siempre quiso cambiar la sociedad, ¿no es cierto? En el último parágrafo del Manifiesto Comunista, Marx escribe que los comunistas no desean disimular sus reales intenciones, la destrucción de todo el orden social vigente. Casi un siglo después, tenemos la Teoría Crítica de Frankfurt. En fin, los matices varían en un arco que va desde destruir la sociedad hasta transformarla, por usar las palabras más corrientes del discurso. Lo que fastidia es ver en todo el continente tanta gente sorprendida cuando la izquierda deja el gobierno y sus países quedan hechos un desastre. Peor todavía es que no son pocos los que votaron por la izquierda los que se quejan de la tierra arrasada que dejan los progresistas después de gobernar. Ni qué hablar cuando, después de una desilusión, tipo Argentina, insisten en lo mismo, ¿No quedó suficientemente claro en el siglo XX que la razón de ser de la izquierda es precisamente estropearlo todo porque así son ellos? No les importa el desmembramiento de la sociedad, ni la pauperización, ni cualquier tipo de crisis. Entonces es como dices tú Laert, llegamos a la posmodernidad y la ética de izquierda ahora consiste en sacralizar los vicios y criminalizar las virtudes. Porque es ése el camino que lleva hoy a Occidente al precipicio. Atrae a mucha gente y si bien tiene formas adecuadas a estas generaciones formadas entre pantallas, sigue latiendo en el maestro fundador. La inmensa popularidad que alcanzaron las ideas de Marx se debe a un proceso de identificación psicológica con su autor, no a un proceso intelectual de comprensión de sus ideas, que son muy fáciles de rebatir usando la lógica. ¡El sujeto abandonó a tres de sus hijos en el hambre y el frío, en particular al que más quería, Edgar, con ocho años! ... y Laura y Eleonor acabaron por suicidarse, para no hablar de Friederich, el hijo que tuvo con su sirvienta y nunca reconoció! Detrás de alguien favorable a las campañas por la legalización del aborto casi siempre hay alguien que trata de justificar moralmente un aborto que habrá hecho. Ninguna mujer soporta la culpa de saber que asesinó a su hijo. La corrupción sistémica que estalla en estos años, se compone de miles, de millones de decisiones en la microfísica del poder, que es lo que favorece, engranaje por engranaje, tamaño mecanismo usando el poder de Estado hasta convertirlo todo en un círculo vicioso porque tú, en tu soledad, te sientes imbécil si eres el único que hace todo correcto y sigues pobre mientras otros se llenan los bolsillos. Los genocidios del siglo XX funcionaron del mismo modo solo que en lugar de cuentas bancarias fueron campos de exterminio y en lugar de, en tu soledad, tentarte con entrar en algún esquema, la cosa era tentarte con mandar a los campos al vecino, a tu hermano, al colega de trabajo y así por delante. Esa oferta llegó al mundo en el siglo XIX y llegó para quedarse. Ya en el XX tienes a Lenin que acaba escribiendo “mejor pocos, pero mejores”. El nazismo no es más que una derivación, la más frontal quizás –es notable cómo el mismo Führer, en pleno avance sobre la URSS, desconoce sumariamente al movimiento nacionalista ruso que podría haberle conseguido la victoria. Igual sucedió en Varsovia un tiempo después, pero al revés. En fin, y como alguien dijo, el precio de las guerras mundiales, y particularmente de la extirpación de Hitler, fue la entrega de lo que los hombres llamaron en otras épocas, la Cristiandad…Pues, ¿qué habían producido la guerra y la victoria? Un súper-estado doméstico, una economía parcialmente controlada, millones de conscriptos bajo las armas, y temores generalizados ante la posibilidad de una nueva depresión cuando comenzara la desmovilización de las tropas. Ahora, con tanto católico desertando de la centralidad sacramental, en particular la confesión, fieles y sacerdotes --que hay escasez de confesores-- quieren saquearte el castillo interior. Lo que queda en el microcosmos de la vida cotidiana es esta secularización de lo maléfico en la forma ideológica de izquierdas con consecuencias catastróficas. En los últimos cincuenta años, con la abrupta disminución de las certezas morales, los suicidios adolescentes aumentaron casi un 500%.

LAERT: (risas) Para, para…Con todo, hay que reconocer que todavía no pudieron acabar con Brasil, ni siquiera con Venezuela. Dos o tres décadas no son suficientes para eliminar una sociedad. No son anarco-kamikazes estos pícaros que, además, son bastante incompetentes. Cuando se salen con la suya es porque cuentan con la frecuencia del miedo en la gente. Eso sí, mientras tanto, te hacen la vida un infierno… ¿Ellos? De mil maravillas. ¡Lo primero que hicieron en Caracas fue capturar a las Miss Venezuela para ellos! ¡Degradación comunista para ti, vida de capitalistas para ellos! Estos sirvientes de los jinns se las arreglan para que el infierno te lo cargues tú y tus generaciones. Salvo el delirio polpotiano, que a punto estuvo de repetirse hace un par de décadas en Perú, todas las demás aventuras marxistas se reservaron un capitalismo para ellos, en particular para la oligarquía de partido, ¡y mira que ya son muchas aventuras de estas en la historia! Al fin y al cabo, lo había enseñado Lenin en 1921 cuando el repliegue estratégico de la NEP evitó que todo el mismísimo Comité Central del partido bolchevique se muriera de hambre. Al fin y al cabo, el socialismo es un experimento capitalista y que sea resultado de un plan preconcebido, o trazado en el camino, es secundario. Sino mira lo que los venezolanos llaman “bodegones”, nunca hubo en la historia de Venezuela una oferta de artículos así de sofisticados, una torta helada americana de 5 dólares, en Venezuela cuesta 80, un vino argentino de 100 dólares a 500, ¡el salario mínimo es de 4 dólares, gente! Bueno, claro, la NEP… y la Cheka. Los bodegones…y el SEBIN.

THIAGO: Cuando todo eso toma una dimensión política, la izquierda va cambiando de nombre, comunistas, socialistas, social-demócratas. Hoy es el progresismo y la otra cara de la moneda, el marxismo identitario o de derecha. Para entender un poco lo que sucede ni siquiera en el mundo, acá mismo, lo primero es ver que los ciudadanos creemos que vivimos en una democracia plena cuando estamos bajo un régimen de control total de la circulación de información, bajo el imperio absoluto de la ingeniería comportamental. Para muestra bien vale un botón. Hoy incluso volvieron a ningunear la cuestión del Foro de San Pablo en los Medios, incluso en medio de su reunión XXV en Venezuela. ¡Otra vez confinando el asunto a la conspiranoia! …y es claro, toda vez que el propio gobierno de derecha concibe a los partidos locales miembros del Foro como adversarios políticos y no como organizaciones delincuentes en términos tanto de la Ley Electoral como de la propia Constitución Nacional. Hay que ver cómo funciona este régimen de control, gente. Porque la obsesión, incluso del propio activismo bolsonarista, con el reformismo económico –ahora viene la campaña por la reforma tributaria, después será la del Estado y así por delante— desvía la emergencia constituyente. Ser un gran administrador de los recursos públicos llevando al Brasil a ser el primer PBI mundial, es secundario si al mismo tiempo no se combate la eugenesia, por poner el ejemplo más urgente del aborto. Aborto, valorización de la carrera policial, protección de la familia, combate a la ideología de género, descentralización administrativa en la educación, apertura de las concesiones de radio y televisión para la libre competencia, reforma universitaria, valorización de la alta cultura, restauración del patrimonio histórico, entre otras banderas caras a los diversos grupos que hoy componen el todavía difuso bolsonarismo, así como la CPI contra el Foro, pueden quedar sepultados debajo del reformismo económico, que es una verdadera avalancha. Ni qué decir con el tema del PSL, que es formar otro partido político, cristiano en cultura y de libre empresa en economía. La otra cosa que quería decir es sobre la izquierda. Hay una diferencia de intensidad entre el marxismo bolchevique, que hoy sirve apenas como banda extorsiva con piquetes y escraches, y el progresismo que, en su remodelación, integró los modelos mesiánicos y democráticos de socialismo. La izquierda posmoderna, al unirse a las reivindicaciones hedonista pequeño-burguesas como las del programa diversitario y últimamente al lema de la abolición de las fronteras, se convirtió en el mejor instrumento del capital globalista, que le anticipó los temas mediante la mercadotecnia y la publicidad. Definitivamente dio la espalda a los intereses de la clase trabajadora. Por eso los obreros del mundo les abandonaron sin remedio. La izquierda se lumpenizó social y mentalmente, y es lo que conocemos como “progresismo”. Ahora, ¿existe, o no, una lumpenización de las mayorías populares? ¡Venezuela ya es un Estado lumpen! Y aquí, mientras nos ocupamos de mandar a prisión a los Lulas, y mientras nos movilizamos apoyando la Reforma Previsional, unos jueces cierran el cerco legislando por sobre el legislativo, ellos hacen leyes con el programa progresista. La lumpenización del Brasil es un programa que va cumpliéndose. Que haya la hecatombe del PT y que tengamos la iniciativa por ahora, no puede taparnos que detrás tenemos un país en el que las reglas del juego las hace esta gente. Perdieron una batalla en una guerra que vienen ganando, gente. Hay oportunistas como Dória (João Dória, intendente de San Pablo, NdeR), apasionado con la diputada progresista Tabata Amaral (diputada federal del PDT, NdeR), que manifiestan algo por el estilo con sus carreras políticas. Dória promociona a Tabata, que es un producto mediático de la política lumpenizada y. como el tipo parece suponer que esta mujer mide bien en los Medios, la aprovecha para su proyecto presidencial. Pero en Brasil no está todo dicho. Puede que sea un error de los Dória creer que las mayorías están hechas a su imagen y semejanza, mediocres sin remedio.

ISABELA: Me pregunto qué harán los movimientos con eso que consiguieron hacia 2018. La gente los vio como algo contestatario de lo políticamente correcto, pero novedoso. El desafío para lo que los Medios llaman "bolsonarismo" es no acabar recayendo en la derecha convencional. Eso ya es marxista, por así decirlo, en el sentido de la socialización anti-capitalista al estilo del turinense Fusaro. En fin, mientras la derecha no salga de la autorreferencialidad, quiero decir, abandonar esta especie de deleite armando líos entre figurillas vanidosas en lugar de dialogar con el pueblo, concretar potencialidades, toda esta experiencia no saldrá del cascarón.

ALAN: A propósito, ¿de dónde cuernos sacan que en Brasil hay una revolución que no sea la revolución mesiánica mundial de onda larga?  En LRC usan autores que no son los que tematizaron las revoluciones históricas...
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        Vértigo a la revolución

ALAN: Me parece que lo que hubo aquí es una ola disruptiva de proporciones inéditas en la historia reciente de Brasil, y este carácter inédito hace que algunos formadores de opinión bolsonaristas crean que hay o hubo una revolución. Esta ola llevó a Bolsonaro a la presidencia y eso es parte del carácter inédito que digo, tomando en cuenta la biografía del presidente, las características de la campaña, y la coalición de personalidades que expresan o representan intereses dispares, incluso antagónicos, que confluyeron detrás de un objetivo que fue quebrar la presencia del PT en el poder y punir a tantos líderes políticos corruptos. Otra cosa es una revolución, que es cuando la cabeza de la gente cambia completamente y el poder de la violencia cambia de manos. Coloqué el tema sobre la mesa porque la idea de que hay o hubo una revolución conservadora –el apellido corre por cuenta mía—y que por eso la forma de conducirse dentro del sistema político que, mira, continúa siendo el mismo, consiste en ignorar el orden institucional básico, es una ilusión. Una ilusión peligrosa, toda vez que hace creer que tareas políticas fundamentales ya fueron realizadas y que, por tanto, ya no hay que dedicarse a ellas. Hablo de la relación de fuerzas necesarias para las reformas económicas, políticas y educativas. Y hablo de reformas porque el conservadorismo es tan simple como adaptarse a lo que las cosas van siendo. En fin, dicho sea de paso, la ilusión ésa yerra en la premisa fundamental, si es que quieres hablar de una revolución cultural, que es la formación de una fuerza política a tal efecto. Nadie puede afirmar que el PSL sea eso, ¡por favor!

ISABELA: Ahora vivimos en un mundo en el que apretando una tecla lo tienes. Pero el estar constantemente colmando tus necesidades te convierte en un ansioso compulsivo. Por eso aquello de que “es urgente tener paciencia”, que Olavo convoca. El poder de la violencia que dices tú Alan sí que cambió de manos. No es lo mismo las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas subordinadas al Foro de San Pablo, que su natural alineamiento de ahora. Lo que sucede es que esto es una contra-revolución dentro de una “revolución lumpen 4.0”. No es tan simple como que hubo una revolución socialista en Brasil hace tiempo y después otra en sentido contrario. En occidente sucedió una mutación antropológica mucho antes que todo esto. No sé decirlo con precisión. Los años sesentas, los setentas. El programa de Frankfurt, la estrategia gramsciana. La sociedad fue rediseñada y ahora tenemos todas estas “diversidades” en el poder. El feminismo de todas las olas. El movimiento eugenésico del género, el aborto y el suicidio asistido. Las constituciones nacionales doblegándose, integrando este programa global. Hasta la Santa Sede tiene sus okupas. En este marco, encima de hipertecnologización, vinimos nosotros los brasileños. Un pueblo que reacciona hay en muchas partes del mundo, ¡es la vida en el planeta! Pero el escenario es asimétrico, la nuestra es una revolución no convencional. Porque el poder lo tienen los revolucionarios. No te confundas que no hablo del gobierno electoralmente elegido. El hegemón no tiene la hegemonía. Hablo del lumpen universitario, que vocifera en los Medios o en la cátedra, el capo sindical que nunca trabajó y, principalmente, los metacapitalistas que se valen del imbécil bocón como fuerza de choque. Un programa de ingeniería social del gran capital. ¡El gran capital se hizo del programa comunista de la nueva ola! Los marxistas son una calamidad en economía, pero a los mega-billonarios les encanta su ingeniería humana. Finalmente se han dado cuenta que ambos están contra los pobres y que hacen un buen team. ¡El propio pequeño consumidor millenial también! También habría que prestar atención a la mercadotécnica china Fan Dandan en un documental reciente de la Deutche Welle es el capitalismo comunista en estado puro pero más asimilable al comunismo de derecha duguinista. Como dijo el presidente Xi Jinping: “seremos ricos, democráticos, cultos, armoniosos y hermosos”. Ahora, incluso cuando después de gobernar en esta última ola latinoamericana sean impresentables los comunistas, los meta-capitalistas ya tienen el programa. Whatever, quiero decir que, comparados con ellos, con los organismos internacionales, los fondos de inversión megabillonarios, los excéntricos de Sillicon Valley, los grupos meta-capitalistas Bilderberg, Council on Foreign Relations, Interamerican Dialogue, Open Society, China, Rusia, todos operando en Brasil, en fin, si a eso le sumas el establishment mediático y académico, quiero decir, que la contra-revolución brasileña es un bebé contra un monstruo de varias cabezas. Para bien o para mal. ¿Se convertirá en un David? En todo caso es urgente tener paciencia, no ceder al vértigo revolucionario. Si se dan los pasos ciertos, si hay gente que larga el activismo y se dedica a estudiar vehementemente. Si con el tiempo se hacen investigaciones sociales serias y útiles como la de las ventanas rotas, por ejemplo. Y si formamos un movimiento político consistente, si hay otras direcciones del movimiento civil en instituciones y organizaciones de todo tipo, después de probar la anti-fragilidad en derrotas electorales, superar trampas y traiciones también, pues entonces sí, puede ser que, en un buen par de décadas, Brasil tenga alguna chance. Porque parece que en el mundo ya no se puede parar de vivir en revolución. Unos en su insania, otros, los pueblos, queriendo vivir en paz.


t17: Se entiende. Lo que inquieta es que Brasil no se declame ni se declare revolucionario, ¿no? Probablemente se deba al conservadorismo peculiar que es lo que captó nuestra atención. Hay motivos para convencernos de un enfoque derivado de la imposibilidad de cerrar el círculo de la revolución. Ello conduce al significado originario del término que notoriamente tiene que ver con la metáfora astronómica y el movimiento circular y que, en las ciencias humanas, remite al Dante del Primer Móvil por contraste con el giro copernicano del cinquecento y con el padre espiritual de la revolución. como le llamaba Arendt a Maquiavelo. En este preciso momento, nuestro compromiso es doble: seguir los excesos del sujeto revolucionario, que representan el trato abierto e irresuelto del proceso --apertura del tiempo histórico-- sin perder de vista la institucionalización, que es el modo a partir del cual, en el enfoque de las revoluciones históricas, cada revolución concluye para asegurar las conquistas. Es que cabe esperar su desarrollo como principio interno de la historia constitucional brasileña (esto es Rosenstock). Y siguiendo a Goldstone, atendemos a las luchas de facción al interior de la formación de poder, a los efectos --¿duraderos o no?-- sobre el sistema político. 


- Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Raison d'Etat, multitud y pueblo.

THIAGO: En la revolución permanente 4.0, Brasil avanza y con cruce de caminos a cada paso que deberían ustedes seguir en vuestro doble compromiso, como le llamas. A toda hora suceden dos cosas. Por un lado, parece que el curso de los acontecimientos políticos va hacia una situación mayoritariamente conformista y, al mismo tiempo, la ola que llevó a Bolsonaro al gobierno se disipa si Bolsonaro no reacciona, con un pueblo que sale a las calles a su favor. En junio había llegado el punto de que la convocatoria a las calles exigía contar con el apoyo de figuras prominentes de su gobierno. La calle es la única fuerza que consideran los políticos en el parlamento y en el Poder Judicial, los que bloquean las reformas toda vez que no encuentran mayor límite en las instituciones de la república. El Judicial todos los días impide el recorte de cargos y de funciones burocráticas prometido en campaña. En las calles debe, pues, confluir el gobierno con su fuerza de apoyo. No olvidemos que para el 26 de mayo la propia presidencia se había declarado al margen. Las figuras de los movimientos contemplaron eso con resignación y hasta justificando el asunto por cuestiones de táctica gubernamental. Hasta se llegó a decir que el gobierno no podía arriesgarse apoyando la manifestación, que eso podía llevarlo al impeachment, ¡imagínate! Eso es mezclar gobierno y pueblo. Pero el hecho es que Bolsonaro no se limitó a contemplar con buen humor a las personas que pelean por su gobierno cuando de lo que se trata es que las consecuencias para todos ellos no son gratificantes en su medio ambiente laboral y profesional, en particular si se trata de dependencias públicas, educacionales o en la prensa y los Medios en general. Puedes hablar de cuestiones de género, por ejemplo, para defenderlas, o tienes la opción de callar, pero si hablas en contra, eres anatemizado, reprendido o despedido --a veces le queda claro a uno que en octubre no se ganó el gobierno, que el poder todavía lo ejerce el Foro de San Pablo. El pueblo que lucha para que se cumpla el programa electoral, cada día se las arregla por las suyas con el viejo régimen. Entonces ocurrió que el ministro Heleno sube el 30 de junio a la tribuna en Brasilia, es Bolsonaro que reacciona desde Osaka. De ahí en más, se trata de sostener esa actitud de acompañar al pueblo. Las movilizaciones consiguieron la aprobación de la MP 870 de crédito suplementario, garantizar la Reforma Administrativa frenando la multiplicación de ministerios y la aprobación de la Reforma Provisional en primer turno. Ahora, la prueba de fuego para el gobierno es sortear las mil y una dificultades armadas por el STF (Corte Suprema, NdeR) y desactivar la bomba fiscal, la lucha parlamentaria para avanzar con la Reforma Previsional. Viene bien de abajo una convocatoria para el 26 de agosto. Es que hay mucho funcionario implicado en Lava Jato y no quieren seguir cayendo. Y la gente que está harta de sus trampas, tantas trabas del STF principalmente, pero también en las Cámaras. En eso estamos.

ISABELA: Casi nos resignarnos a que la marea popular se conforma con el jefe de la banda en prisión. Que no se aspira a mucho más. Que la economía retomase índices petistas de consumo, que se trace una economía a tal fin. Suficiente. Así las cosas, sobraría para el remanente conservador la defensa de la vida, contra el aborto, la ideología de género y el desarme civil. Porque el viejo régimen va por eso y es la sociopatía de occidente. Van a dar la batalla por la legalización del aborto todo el tiempo y en todas partes hasta 2030. Entonces, la casta política podría conformarse con Bolsonaro de figura decorativa y el remanente anti-comunista luchando en la última línea de frontera. Pero es como dices, no está nada dicho. La batalla es en el parlamento, principalmente con la Corte que se ha puesto a legislar y, sobre todo, en la calle. Si gobiernan esos poderes han de pulverizar el programa votado en 2018 y eso, insisto, en Brasil tiene como límite de tolerancia la prisión de Lula, no el aborto. Por eso, existe una especie de cronograma de amenazas de abrirle las puertas al padrino. Cada vez que llega el día que han de liberarlo, Brasil está que explota y, finalmente, Lula permanece en prisión. Claro que, a cambio, ellos avanzan con el programa globalista. La prisión de Lula funciona en los hechos como prenda de garantía: lo dejamos adentro si se ustedes juegan con nosotros a las escondidas. Y todos nos iremos adaptando a eso. Sin embargo, hay dos detalles que impiden que tal tira y afloje sea una zona de confort nacional. Uno es que, por primera vez en cincuenta años, hay un pueblo en las calles con banderas conservadoras obligando al presidente elegido. Y todo indica que se superó ya el mero anti-petismo. El otro, es la apertura de la caja del BNDES, etc. El estallido del mecanismo es como Chernobyl, la prisión de Lula no funciona como un domo. El choque de fuerzas es tan grande que las articulaciones conspirativas saltan por los aires, incluso la conspiración de algunos generales junto a grupos parlamentarios y empresarios quedó ahora desvelada en palabras del propio presidente de la Corte Suprema, Dias Toffoli. Ambas cuestiones, el pueblo conservador en las calles, que el 26 de mayo desarticuló la conspiración, tanto como los procesos por corrupción inspirados en Lava Jato, tienen una dinámica propia.

CAMILA: Es tan radical lo que está en juego que, a veces, el único que parece timonear el asunto sin que explote es Bolsonaro, él cuenta con la legitimidad de las urnas y popular, porque el pueblo percibe que el hombre habla con el corazón en la mano. ¿Ustedes vieron el clamoroso recibimiento del presidente ahí donde perdió, en el nordeste? Sin embargo, hay momentos en que el mecanismo parece imponerse y que surge un consenso a espaldas del pueblo. Pero nadie puede decir que el presidente defecciona. Bolsonaro gobernando no es muy diferente a su gestión de décadas como diputado: un resistente. Nos permitió salir adelante en octubre del año pasado. Con todo, no hay que perder de vista ni por un instante que toda disputa real de poder es ajena al proceso electoral. Porque construir es otra cosa. Se ganó un gobierno con veinte centavos, ok, histórico. Ahora, cuando la historia reclama ir más allá…humm. La trayectoria del capitán no es la de un constructor político. Entonces no se lo exijamos. Creo que es su límite. No abandonó en Juiz de Fora, con eso fue más que suficiente porque, ojo, todo se había fregado con la puñalada y, de hecho, él quedó fuera de campaña. Ahí tienes al mito. Fue suficiente. Ahora ya pasó más de medio año y lo que no avanza, retrocede. Además, hay otros actores a tener en cuenta, el centrão, algunos generales, los grupos económicos que se beneficiaron durante el régimen, la izquierda. Entonces, vamos al punto porque lo que no veo es lo que tú ves, quiero decir el pueblo en las calles. Disculpen. Yo no falto nunca a las convocatorias. Y lo que veo en las calles no es al pueblo. Veo a la multitud que no es igual. Veo electores que reclaman su inversión de octubre. Lo confirmas cuando hablas con la gente y cuando las ves deambulando por la Paulista como recorriendo workshops. Muy bien. Pero debemos llamar a las cosas por su nombre, a no confundir, que el pueblo es algo orgánico. El pueblo no es un sujeto pre-existente ni un mero efecto de apelación discursiva. Tampoco es un fenómeno de agregación individualista. Hablo de “pueblo” como movimiento heterogéneo con sus líderes sectoriales, barrios, industrias, comercios, universidades, centros estudiantiles, gremios y colegios, asociaciones de las cuales las personas se valen para ejercer el derecho legítimo a la soberanía. Ahora bien, todas esas lideranzas están replegadas con la vergonzosa corrupción de las últimas tres décadas, y muchos hasta implicados, pero nadie los echó a patadas, están ahí los mismos o, si hay vacío, no lo ocupa nadie. Acá es cuando hay que hablar de la necesidad de un partido político conservador, cristiano y de libre empresa, enfocado en rescatar todos esos espacios para Brasil.

BIANCA: Hablando de Osaka y del G-20. Voy a volver al tema de las relaciones internacionales para argumentar mi punto. Si testean la campaña presidencial con la política internacional del gobierno, ¿qué hay? Se proclamó, cuando no el fin del Mercosur, al menos su pase a reserva. Pues no hemos visto otra cosa que el Mercosur entrando a campo. Donde se proclamaban acuerdos bilaterales, tienes ahora el Mercosur-UE y reflotar el BRIC. El prometido traslado de la embajada a Jerusalén pasó a último plano. La denuncia de la creciente dependencia China fue substituida por una renovación de lazos comerciales. La amenaza de castrismo venezolano está ahí, vivito y coleando, ¡ahí fue el XXV encuentro del Foro de San Pablo! Lo que tenemos, señores, no es otra cosa que el posibilismo del ejercicio de gobierno en una democracia liberal. El margen programático, por así decirlo, se reduce al máximo si gobiernas, cuando directamente no se guardan el programa. En política es como Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Es más, el gobierno se autonomiza respecto del movimiento y del programa con los que ganó, mucho más si es que todo eso se componía de compromisos de orden cristiano. Salvando las distancias a favor de Bolsonaro, verán algo por el estilo con Boris Johnson en Gran Bretaña. Hablo de la esencia de la Raison d'Etat, de la diferencia entre lo que se debe hacer y lo que efectivamente se hace cuando de lo que trata el establishment es preservar el Estado eliminando todo síntoma de ruptura. Ahora, ¿qué expresaba el programa Bolsonaro y la campaña? Las aspiraciones populares, tanto como el hartazgo con el régimen tucano-petista, la lucha de calles, como el arco de alianzas que tejió el presidente, ¡la ruptura! Pero hay que saber ver ahora que Bolsonaro ya no es eso, y no puede serlo si atiendes a la Constitución social-liberal de 1988 y, no sé… a la propia biografía del presidente. Es por eso que quienes quieran extender la ruptura iniciada en 2013 hacia una democracia nueva, porque la democracia liberal o progresista dejó de ser una forma de gobierno y se ha convertido en una especie de religión laica, deberán hacer su propio camino, si no distinto, paralelo al menos, pero no dentro o dependiente del gobierno. Eso sí, gente, un partido político no creo que sea la forma, desde arriba, una ingeniería política, un diseño de cátedra o de ministerio. De lo que se trata es de otra cosa, impulsar, modelizar, alentar. Se me ocurren varios economistas, Shumacher, Pearce, Samuel Gregg, Blond, bueno, Blond no es precisamente economista. Vamos a ver, yo tengo mi propio negocio, entonces por eso digo, “modelizar” no como en esos cursos escolares o programas gubernamentales sobre emprender, modelizar de abajo a arriba, modelizar en emprendedorismo, modelizar el comercio y la actividad empresarial, buenos emprendedores, verdaderos empresarios. Lo mejor sería la formación de ligas civiles de contribuyentes, con abogados, economistas, filósofos, e inteligencia en los organismos estatales y fuerzas de seguridad. 

LAERT: Eso suena lindo, pero no embromes, ¡lleva 50 años! En el camino morimos todos y, encima, con un gobierno comunista de vuelta. No señores, ¡el artículo 142 es para ahora! ¡Basta de pendejadas! Bolsonaro tiene que ucranizar al Congreso, y fin del carnaval. Y si no quiere, o no se atreve, entonces el pueblo tiene que obligarlo, porque el señor debe cumplir el programa que lo llevó a ganar las elecciones. Si se atrevió a competir en esta selva de todos contra todos, entonces que vaya hasta el final. De lo contrario, si se somete a la Razón de Estado que tú dices, el pueblo va a abandonarlo a su suerte. El 26 de mayo y el 30 de junio las masas llamaron su atención, el capitán se dio cuenta. Ahora tiene que cerrar el cerrojo y cuidar del Brasil. Porque ustedes verán que el parlamento NO vota la Reforma Previsional este año y, díganme: ¿qué van a hacer cuando estalle la bomba fiscal y las medidas contra-crisis lleven a perder el apoyo?

THIAGO: Lo que decide el curso de las cosas no son los propósitos proclamados, sino los medios de acción disponibles. Quiero desarrollarlo, porque todo lo que dije antes fue haciendo hincapié en el vaso medio vacío. Infelizmente es parte de la realidad. Dicho esto, pasemos a ver la otra parte del vaso, y no voy a mencionar la cantidad de medidas gubernamentales excelentes que ya señalamos otras veces porque, además, buena parte de ellas son bloqueadas después por los otros dos poderes. La inflación de julio fue la más baja en 13 años y…No, me aguanto (risas) me refiero nada más a un par de asuntos que podríamos afirmar enriquecen nuestro pobre capital político-cultural y que ni los “representantes” ni las excelencias de la Corte Suprema pueden arruinar. Primero, la marea popular pasó la prueba del 26 de mayo y del 30 de junio. Resulta entonces que no era un fenómeno electoral nada más. Habrá quien estudie si la multitud –como bien dice Camila-- cuenta con un verdadero movimiento conservador articulado por las redes sociales y tiene capacidad de calle y que a eso podamos llamar pueblo. Por supuesto, que no obsta la raíz asociativa que tu destacas Camila, aunque insisto que yo creo que hay bastante más que una multitud de electores, principalmente en el movimiento de calles del 26 de mayo y el 30 de junio y, sobretodo, en los espacios que se abren como conferencias, editoriales, los Docentes por la Libertad. Bueno, vamos, que daría para largo, pero yo veo en las manifestaciones y en las redes un pueblo que se forma en la búsqueda de otra representación política, ejerciendo el derecho a la soberanía en oposición al estamento burocrático tipo soviético que padecemos y esto ya viene de largo. Segundo, la cuestión de 1964 y el límite militar, está sobre la mesa. Ya no es tan fácil apelar al 7mo de caballería porque esa reserva, si existe, es en USA, no en Brasil. Miren, Olavo nos interpela: “¿Cuántos generales apoyaron a Bolsonaro con la intención sincera de obedecer al presidente y cuántos pensaban apenas en usarlo como instrumento provisional para la instalación de un gobierno militar de tipo chavista? NADIE, fuera de los altos círculos militares, sabe la respuesta.” Plantearse esta cuestión ya no es un tabú en la derecha brasileña. Está en el orden del día. Una victoria intelectual. Por vez primera hay una crítica de derecha al recurso militarista típico de nuestros países.

ALAN: Sobre lo que dijo Laert. El que va a abandonarse a su suerte buscando atajos tipo artículo 142 es el pueblo mismo. Confías demasiado en los generales, Laert.  Me parece que esta guerra que hace el mecanismo contra Bolsonaro, y que estaba en los papeles que iba a suceder pero que todavía no podemos creer que nos explotara en la cara en el mismo momento que el presidente asumía en Brasilia, sin chance, sin los 100 días inaugurales de tregua, que no nos da respiro –para no hablar del atentado-- hace que no nos paremos a pensar. Pensemos pues ahora. Se pierde de vista el “detalle”, gente, de que hace menos de un año el 45% del país votó a una banda de delincuentes, ¡47 millones de personas! …encima toda la prensa, la clase universitaria --todas las profesiones superiores, el poder en su extensión más decisiva, están ocupadas por las mentes formadas en la universidad—en fin, el meanstream entero. Acá se olvidan que estamos en un país donde toda estos estos, y más todavía, como todos los generales, sostuvieron muchos años a la banda del PT aun cuando había voces que gritaban que era un proyecto comunista internacional. Y ahora –disculpa Laert, pero cuando escucho a los que exigen algún tipo de intervención militar no puedo dejar de fastidiarme-- es como una especie de narcótico, no sé, democratista, infantil diría, que dopó a la parte esclarecida del país, y borró de sus mentes el hecho de que somos parte de un mundo que viene en caída hace unos siglos ya, ahora muy histerizado por el delirio tecnológico y miles de mundanidades. El mundo tiene su programa de gobierno global para el rediseño post-humano de la especie. Eso es parte de lo que ustedes llaman “globalismo”, gobernanza diversitaria, etc, y que rompe con la historia nacional, con la humanización litúrgica, sacramental, que tanto costó a la cristiandad extender por los continentes. Estamos en el delirio de vaya a saber qué locos sueños ciborg encarnando en el buraco de la memoria de pecado de cada uno. A nuestros pobres países nos toca la ruina terrestre de Elysium. Ustedes se olvidaron que este es el cuadro, contra esto se lucha señores. ¿Sí o no? Díganme. Pueden no acordar con mi manera de mostrarlo, pero es un hecho que las teníamos todas en contra. A ver, ¿sí o no? ¿Qué esperaban entonces? ¿Ustedes creen que los “representantes”, que la división de poderes, que las instituciones, que esos generales colaboracionistas, qué se yo, que la República Nova con su estatuto de 1988, va a respetar el voto? ¡No se puede salir gritando Artículo 142 cada vez que las papas queman! A esta altura del juego, eso es un…amateurismo.  

BIANCA: Me parece una obviedad, al menos entre nosotros, salvo que mandes un mensaje vaya a saber a quién, cosa que a él corresponde, en cualquier caso, ya que es su medio. Me refiero a que en este mundo se libran las batallas y nadie puede estar seguro de salvarse, absolutamente nadie, ni siquiera el Soberano Pontífice ni los santos mientras viven acá en la tierra. Y la libramos a contra-corriente, contra-mundum. Así que tener las mundanidades en contra debiera ser normal para el cristiano. Es muy probable que, de aquí a unas pocas décadas, Occidente haya entrado en una necrosis insalvable. Esta época de descomposición de la razón es muy rápida. Algunos hablan que, en cien años, como tras la devastación del Imperio Romano, sobre las ruinas, habrá de nuevo la necesidad de una reconquista cultural. En fin, por ahora, en Brasil se decidió remar a contra-corriente.

ISABELA: Todas en contra, muy bien, puede ser. Solo queda hacer lo correcto, dedicarse a estas causas perdidas porque es lo correcto, rezar hasta esfolar las rodillas, y confiar en Nuestro Señor. Pero mientras no estemos muertos la última carta no está echada, gente. Hay que reclamar la ayuda divina, pero también seguir luchando y trabajando. Vamos de nuevo. Hablamos del país, ¿no? Pues no podemos esperar que un presidente resuelva todo, de nuevo, colocándolo en lugar del Señor, que poco poder tiene un presidente cristiano y de derecha como este que nos dimos de gobernante. Bolsonaro está haciendo su parte. Primero aclaremos esto, porque de lo contrario sí claro que hay que hacerle el reclamo al hombre. Yo digo que él hace su parte, solo que falta el resto, o sea, falta casi todo, gente. Hay en marcha un movimiento de renacimiento de la alta cultura iniciado por Olavo y todo está por hacerse. Como dicen en Senso Incomum, sin tradición y sin literatura, el pueblo somos una masa moldeable de maniobra para que nos aplaste cualquier ideología. Hay un equipo económico generando las reglas de juego y los emprendedores han de levantar el guante a su tiempo, pero que todavía no es. Gracias a la confluencia de Bolsonaro y Moro es real la posibilidad de restaurar el imperio de la ley con Estado de Derecho, es posible, no más… no menos. Como se ve, la tarea es inmensa. Pero solamente el que nada contra-corriente sabe que está vivo. También faltan las lideranzas sectoriales, y lo que señala Camila, el partido para los que prefieren lidiar con intrigas (risas). No es la misma cosa. Son dos cosas hasta cierto punto diferentes, partido y asociaciones civiles. Porque si no hay esa organicidad que identifica Camila a nivel local y situado, una sobre-estructura pedalea en el aire o, incluso, eso tan cubanoide tipo “el pueblo soy yo“, quiero decir, la homogeinización que tanto conocemos en América Latina, con el líder y su carisma a partir de la relación con las masas que se conforman como “su” pueblo. Mira a Roselló en Puerto Rico. El gobierno democrático cae desestabilizado por los colectivos y no supo hacer otra cosa que argumentar su defensa con premisas de la izquierda. Así no mi hermano, así no.

ALAN: Bolsonaro debe (hipotéticamente) ser visto como una especie de disidente de la ideología positivista comtiana, mayoritaria en el ejército. Si tuviera como criterio único y universal sólo el conocimiento y la práctica técnica y científica, habría literalmente cientos de militares capaces de asumir las posiciones diferentes y decisivas dentro del ejecutivo. Pero las cosas no salieron como se esperaba y el capitán resolvió enfrentarse y los generales vieron que sus sueños de una autocracia se desmoronaban. Retirar a Bolsonaro de la presidencia, independientemente de si se trataba de un movimiento legítimo o un simple deseo golpista, tendría un doble propósito: elevar a los militares a un puesto de fuerza inmanejable porque usarían la constitución para tomar el mando del país y luego crear una nueva conciencia; y dejar en claro a los demás que si es posible eliminar a un militar contrario a su ideología y objetivos, incluso si cuenta con el apoyo de 57 millones de brasileños, será más fácil eliminar cualquier otro engranaje inconveniente de esta máquina burocrática. Una especie de dictadura legitimada que nos atraparía en décadas de estatalismo disfrazado de orden. Cada vez queda más claro que el establishment tolera al Presidente. No tuvieron chance de encontrar el candidato continuista, la versión moderada del PT. Se tragaron el sapo. Ahora aprovechan cada oportunidad para acabar dos pájaros de un tiro: sacarse de encima al deshecho petista y, a la vez, hacer lo propio con un presidente que no es su títere.