¿Romper con Bolsonaro para que pueda gobernar Bolsonaro?
Sesión enfocada con Alessandra (36, São Pablo, ingeniera de sonido),
Bianca (39, São Pablo, emprendedora), Camila (34, Campinas, emprendedora) y
Rafaela (39, Fortaleza, microbióloga).
t17: Los observadores primero se reían de su candidatura, después
auguraron todo tipo de fracaso inmediato. Ahora se preguntan si la
de Bolsonaro es una forma nueva de hacer política, o directamente es que no
sabe hacer política.
CAMILA: Los observadores son un fiasco. Lo primero que hay que admitir
es que sabemos muy poco. Lo que intentamos hacer en Brasil no lo hace casi
ningún otro país, enganchados casi todos al tren globalista. Apenas lo que
tenemos los brasileños, por lo menos nosotras 4 que somos millenials (risas) --“estamos en el límite”-- es haber vivido durante el régimen desde que
nacimos a la ciudadanía plena. Me animo a decir que los de la X
generation, nacidos entre 1960 y 1980, e incluso los opinólogos boomers,
después de 20 años de vivir en un régimen, debieran mesurar la suficiencia con
la que en extremo pontifican, delante del hecho que fueron dos décadas de
hegemonía intelectual y cultural, lo que quiere decir que no se sabe, o no se
dispone, de un equipamiento metodológico-teórico adecuado para entender este
giro que está dando nuestro país. Es como que yo incluso, que me identifico con
Bolsonaro, que me identifico con su gobierno, hago todo eso con una mente
formateada en el régimen tucano-petista, ¿me entienden? Nos hicieron la cabeza
mucho más que ideológicamente, se trata de toda una inculturación, como que la
vida toda era un toma y daca –hasta la Misa era, o es, un toma y daca-- y
llamarle “articulación” no cambia nada. Es lo que te pasa cuando vives en un
régimen marxista o neo-marxista durante tanto tiempo. Queremos aprobar o
desaprobar a Bolsonaro con un mapa cognitivo inadecuado, ¿ok? A ver, porque no
se ha hecho suficiente hincapié. Me refiero a una serie de mecanismos de
control –planes, recetas, reglas, instrucciones (lo que la ingeniería
comportamental llama “programas”)—para gobernar la conducta. ¿Se entiende? No
es ideología nada más. Para cotejarnos en el extremo, mira la pobre Venezuela, con
su pueblo estructurando culturalmente la pesadilla del caos, y la oposición
política al chavismo, un caso izquierdista de canastas mentales. Ahora, ¿cómo
nos reeducarnos nosotros los brasileños? ¿Cómo nos dotamos de otro programa
cultural? Hay que preguntarle a Olavo chicas, y está viejito, así que es para
ayer. Esto de la inculturación, en el límite, le cabe hasta al propio presidente
y mucho más a los Mourão que se sometieron al régimen. Unos más, otros menos, usamos el programa
aprendido. Es lo que sucede cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no
termina de nacer. Porque, volviendo a lo estrictamente político, el viejo
régimen existe todavía, y no solamente en el
nordeste. Así las cosas, me da vergüenza ajena que cualquier opinólogo comience
su alocución sin establecer una distancia consigo mismo, cierto relativismo metodológico por así decir, o humildad, si
quieren, reconociendo que el giroscopio político-cultural que tiene es el que
“aprendió” en los últimos 20 años y que cualquier otro instrumental se quedó en
los libros. Por supuesto que uno puede establecer hipótesis dadas las
relaciones de fuerza y esas cosas. ¿Qué preguntaba? ¿Si Bolsonaro hace
una política nueva o no sabe hacer política, era la pregunta? Política
tucano-petista es lo que no quiere hacer, por cierto, el presidente. Otra cosa nadie sabe
yá, porque somos todos muy expertos en vivir del antiguo régimen. Mucho más no
podemos decir. Sobre todo, ¿quiénes somos nosotras para decir más que apenas aprendemos con este gobierno o que, si eres neutral y estás observando... y, sí, en cierta forma, estás también aprendiendo?
BIANCA: Desde mi punto de vista ya no hay más tiempo que perder para
avanzar. Esto va a un callejón sin salida, puede terminar en suma cero. ¡Y
gracias si llegamos a cumplir el período presidencial completo! Sin más espera,
hay que impulsar un partido político conservador-libertario en Brasil. ¡Ya hay
columna vertebral! Son los movimientos que fueron decantando desde
2013: Avança Brasil. São Paulo Conservador, las derechas como Direita São Paulo, Direita
Tocantins, Direita Palmas, el Movimento Brasil Conservador, Movilizacao Brasil;
nuevos Medios como Crítica Nacional, Terça Livre, Giro de Notícias,
Questione-se, Patriotas Lobos Brasil, Ativistas
Independentes, Curta e Grossa; influencers Cons como Vlog do
Lisboa, Youtubers de Direita, Henrique Messias, Camila
Abdo, Alex Toledo (Arena Política), Lara Sarana, Fiscais da Nação,
N. Moura; D. López, D. Rox, B. Jonssen, Lilo; nuevas
personalidades como C. Coppola, F. Morgestern, T. F. de Souza. En
fin, algo bien crush, que vaya produciendo en el PSL la ruptura
creativa de la nueva generación de políticos como Bía Kicis, Chris Tonietto, Douglas García y
otros hasta que, llegado el momento, cuando Bolsonaro sea bloqueado finalmente,
porque a lo sumo, si no lo encierran en un impeachment o algo
por el estilo, su gobierno será restringido al programa de compromiso globalista de limitarse a la
apertura librecambista, solventar el desastre fiscal y disciplinar la
corrupción disolvente --el globalismo entregó un régimen pero, a cambio y a
falta de un Estado Mayor de la derecha, transa un programa de mínima. Ahí
sí, on fleek, tendremos encabezando a los Ernesto Araújo, Príncipe
Luiz Philippe, Eduardo y Carlos Bolsonaro, Felipe Martins. Y hasta puede ser
una reelección del presidente pero a la cabeza de un verdadero partido
político…¡Que los Mourão, los Santos Cruz, los anti-norteamericanos y
tecnócratas se queden con los suyos y compitan electoralmente como se
debe! Esa cirugía debe hacerse cuanto antes.
t17: ¿Qué lugar le das a Paulo Guedes?
BIANCA: Hay que ver. Me sabe alguien que es necesario en este momento, hay que ver más adelante, cuando haya que jugarse entero, una vez que Bolsonaro
llegue al techo que le marca el gobierno que apenas pudo formar. Insisto. Para
mí, a lo sumo, el viejo régimen no derriba esta presidencia siempre y cuando
Bolsonaro se avenga a restringirse al programa globalista mínimo: apertura
librecambista, solventar el desastre fiscal y frenar la corrupción disparada
sin jockey durante el régimen tucano-petista, pero no avanza sobre la ingeniería social tendida ya en Brasil. Hay que ver hasta qué punto
Guedes respalda la lucha contra la nueva doctrina moral de Estado del secularismo
global, el aborto, la educación de género, el desarme
civil, el suicidio asistido, estímulo al conflicto racial,
liberación de las drogas, inmigración ilimitada, lucha que implica una Reforma Constitucional en toda la línea para empezar a deshacer la mutación inducida desde la política pública y cultural. A
veces me parece que el Ministro Guedes lo sabía. Que él sabía que, con las relaciones de fuerza
actuales, dedicados 24 hs a la pauta económica y de seguridad como estamos --de hecho, hoy en
día hablar de una Asamblea Constituyente es escandaloso hasta dentro del PSL-- no habría lugar para la lucha anti-globalista. Y por eso, porque la realidad
impondría unos límites infranqueables en el corto plazo, el ministro hizo la
alianza con Bolsonaro. Pero, en fin, Paulo Guedes, el liberalismo
clásico, limitado a economía, es necesario. Está por verse si continúa siéndolo.
CAMILA: Me parece que te quedas corta. Mi
hipótesis es que, si no se forma este tal partido trad-lib (tradicionalista
libertario, NdeR) lo voltean a Bolsonaro o, a lo más, queda convertido en una
figura decorativa que “reina pero no gobierna”. Una real presión por derecha
sería la condición necesaria para conseguir la presión política y de calles que
le permita cumplir su período sin traicionar a su elector
conservador-cristiano. Incluso frente a una hipotética caída del presidente, un
partido como el que prefiguras funcionaría como un Carpathia (buque que auxilió
al Titanic, NdeR) para que no se pierda esta lucha formidable.
ALESSANDRA: No queda claro, gente. Para que pueda gobernar Bolsonaro hay
que romper con... Bolsonaro?
CAMILA: Bolsonaro tiene que romper con el gobierno que formó y lo
encierra en un corral. Es un hecho, no una hipótesis. El gobierno que formó no
es fruto de un proyecto político sino de las circunstancias que lo obligaron.
Claro que no es un rejunte. Salvo Relaciones Exteriores, medio aislado con el
fracaso de Educación, hay cierto patrón en la formación gubernamental. Ahí
tienes a los militares, a los economistas, la tecnocracia a regañadientes. Pero
esa lucha intra que fue definida por los observadores como
positivistas vs culturalistas, ideológicos vs pragmáticos, programáticos vs
tecnocráticos, no se corresponde con una acumulación política propia de un
proyecto sino con esta salida de emergencia que sucedió en octubre en manos de
un hombre providencial. Ahora sí, cuando hay que gobernar, una de dos,
Bolsonaro se empantana gestionando la emergencia, o construye un proyecto
político. Si se anima a hacer la historia grande de Brasil yo no creo que
Bolsonaro construya con los Mourão, los Santos Cruz. Hay mil maneras de
operar desde el Ejecutivo para el surgimiento de un partido político como el
que pide Bianca.
BIANCA: También hay otro camino, lo que dicen Thiago e Isa, un Bolsonaro
más pleibiscitario, recorriendo el país, estilo Trump, aumentando la presión,
apelando al pueblo y haciéndose él mismo del gobierno, estilo Orban, con una
agenda dura --no sé si soy justa con el planteo de los chicos. Pero no veo que
sea ésa la opción que toma el presidente. Me parece que, al contrario,
Bolsonaro nos está mostrando –al menos por ahora-- una especie de gobierno colegiado. ¿Es coyuntural? Por eso digo lo de un partido que recupere las fuerzas
tradicionales, conservadoras y, por así decir, liberales clásicas, en
desarrollo desde 2013. Estas fuerzas pasaron la prueba del 26 de mayo,
librándose de los oportunistas anti-PT, esto es, fue evidente que son agentes
dinámicos más allá de las elecciones. Esto es nuevo.
RAFAELA: Me quedé pensando lo de Paulo Guedes. Yo lo veo de largo plazo
al hombre. Me encanta la idea de que existe una alianza más doctrinaria entre
algunas figuras como él, Bolsonaro, Ernesto Araújo. Vean. En Buenos Aires
Guedes hizo una jugada maestra con lo del Peso (i)Real (risas). Porque, ¿qué
vas a hacer hoy en Argentina, un escalón antes de que caiga en el caos
venezolano? ¡Te paras en ese último escaloncito y tiras una bomba! ¡Eso
hicieron Guedes y el presidente! Una bomba de ridiculez, costo cero para todos,
una bombita efectiva. Primero que nada y durante 48hs, ridiculizando eso de la
moneda única, los Medios y las redes nos enfocamos en que, si no se aprueban
las reformas, el país se argentiniza. Yo vi a varios neutralistas que les cayó
la ficha con esa noticia-bomba. Segundo, la bombita les dio a los argentinos la
misma oportunidad que a nosotros, los walking dead volvieron a
la vida aunque sea unas horas y vieron dónde están y para dónde van si votan
Kirchner. Finalmente, Bolsonaro y Guedes le regalaron a Macri un titular de
diario, de esos que venden. Porque Buenos Aires puede ser medio cubana, medio
Mujica, o lo que quieran ustedes –yo no dejo de darme una vuelta cada 2 o
3 años por Palermo Soho, un fin de semana, qué se yo, la gastronomía en
Mendoza, Las Leñas, un malbec de Paraje Altamira, me pueden—al fin y al cabo es
nuestro segundo socio comercial. Así que Brasil no puede abandonar a los
hermanos y era lo que había que hacer en ese viaje. Apuesto por Guedes.
ALESSANDRA: ¡Imaginen Venezuela por el norte y Argentina kirchnerista
por el sur! ¿Ustedes saben que Iván Duque en Colombia está en su peor momento?
¿Tengo que decirlo yo, amigas? La delegación internacional encabezada por
Mourão en el Grupo de Lima hizo posible esta especie de cinturón castrista que
nos puede apretar. Brasil habría desempatado con una posición más firme en
Colombia. Pero no. Ni siquiera un “todas las opciones están sobre la
mesa”, tipo Trump. Fueron los peores días de nuestro gobierno. Sobre Guedes, yo
no voy a tener el cuidado que reclama Camila. Guedes debe probar que no es un neoliberal.
Que no viene a licuar los chanchuyos de tal o cual grupo económico. Que es un
doctrinario que quiere terminar su vida con un capítulo entero en los libros de
historia. Guedes está a prueba. Punto. Igual que Moro. ¿Quién nos asegura que el juez no está para disciplinar a la tropa, la misma tropa de los últimos 100
años?
t17: Isabela y compañía hace un par de meses enunciaron un panorama
dilemático, una encrucijada…vamos a ver, ¿el gobierno siguió avanzando? ¿Qué hay
en concreto? Y más de fondo, ¿es posible una democracia de tercer tipo, quiero
decir, ni liberal ni popular acá en Brasil?
BIANCA: ¡Nuestra Señora! Esperen que piense (risas), acá están las estadísticas que trajo Ra. Vamos a ver, tomando como punto de
ruptura el impeachment de Collor, desde Itamar Franco tuvimos
esa deriva del patrimonialismo que fue lo que FHC llamó presidencialismo de
cooptación, toma y daca, intercambio de enmiendas, distribución de cargos en
posiciones estatales, valijas que iban y venían, etc. Eso muere, agoniza. Ahora
mismo hay una serie de transformaciones importantes en marcha como la
aprobación la ley de las Agencias Reguladoras trabada 8 años en el congreso,
que es para desarticular aquél sistema liberando la dinámica de los proyectos.
En un nivel más económico salió la MP que desregula las compañías aéreas,
abriendo al capital extranjero, rompiendo el monopolio. Además la MP 871 que
combate los fraudes en el INSS lo cual generará al país un ahorro de 100
billones en 10 años. Súmale la bendita Reforma Previsional, aprobada en la CSJ
con el 73% de los votos y que ahora está en la Comisión Especial, donde le
espera la próxima trampa, como en un videojuego. Arriba, el STF acaba de
reconocer que la venta de las subsidiarias de las grandes estatales no precisa
de aprobación del Congreso. Dicho esto, cada paso que da Bolsonaro al
siguiente, hay trampa en el Congreso, en el STF (Corte Suprema, NdeR), en el
nivel estadual, ¡hasta entre los propios diputados del PSL! El Centrão y la
izquierda no se resignan a preparar un impeachment, con toda la
prensa y la casta universitaria a favor. Estamos viendo en vivo al mecanismo, y
una parte de la sociedad que fue cómplice, hacer todo lo posible para
arruinarle al pueblo su decisión. Lo viejo se muere. Se mu-e-re. Pero puede
llevarnos a todos en el camino.
CAMILA: Ok. Si Dios quiere, la encrucijada de Isabela será el tono de
todo este mandato. Por eso está lo que dice Bianca. Si no se forma desde ya un
partido político soberanista y cristiano, con la mayor parte de los movimientos
y figuras de la nueva generación, no habrá ni siquiera lugar para el dilema, al
menos para la oportunidad histórica que está abierta ahora. La formación tiene
que darse fuera del gobierno o paralelamente para que presione por derecha y,
digamos, se lo prefiera al capitán antes que nosotros (risas). Mientras tanto,
se desarrolla el partido. Eso lleva tiempo, teoría política, articulación
doctrinal, programa, lucha política.
ALESSANDRA: Olavo dice siempre que hay que dedicarse a la cultura. ¡Eso
es lo que lleva tiempo! La política, disculpen, es un desperdicio generacional. Además, Brasil
está resignándose a ser un peón de China. ¡Mientras nos dedicamos a las
escaramuzas económicas está ganando la tesis geopolítica que nos gobierna desde
la caída del imperio muchachas! Lo de Argentina me dá lástima. Apoyar a ese
Amoedo después de abandonar Venezuela a su suerte…
CAMILA: No, no, no. Bueno,no,en parte. ¡Ahora hay gente para todo! Ahora mismo la economía
te da tiempo para la política y la política te da tiempo para la lucha
cultural. ¿Entiendes? La primera línea de reformas estabiliza a Bolsonaro en el
gobierno. Esa línea de reformas será muy muy difícil que no quede en reformitas
sin una presión política por derecha. No alcanza con las manifestaciones,
tienen que decantar en un partido político soberanista de combate. Entonces,
sí, hay margen para el programa cultural clásico. Nuestro partido
debe tener una lectura soberanista. Por ejemplo, debiéramos haber movilizado
tropas a la frontera con Venezuela, poniendo a los militares en firmes detrás
del presidente. Debe revisar de raíz los acuerdos con China. Hay que que cerrar
filas con el traslado de la capital a Jersualén, como se anunció en la campaña.
Bolsonaro está cediendo en todo eso, Por eso hay que apretarlo por derecha. Ahora,
lo del viaje a Buenos Aires, no quedaba otro camino. El Mauricio Amoedo de la
Casa Rosada te permite respirar, Cristina es colocarte la soga al cuello. Hay
que ganar tiempo. Mi punto con China e Israel necesita tiempo. Necesitamos un
partido anti-totalitario, anti comunista, antifascista, anti-mecanismo. Primero esta dinámica anti, entonces sí, la coalición para gobernar.
RAFAELA: Disculpen. El viejito de Richmond no necesita de margen alguno
para hacer su trabajo, ¡suficientemente demostrado!