La música es todavía Tropicalia, el cine es todavía Cinema Novo

Sesión enfocada después de 100 días de gobierno con Thiago (26, São Pablo, back-end developer), Douglas (36, Brasilia, escritor, motorista Uber), Isabela (24, Belo Horizonte, emprendedora). Laert (51, Curitiba, gastronómico) y Clever (29, São Pablo, colega de Thiago).


      - Cotejo expectativas – resultados.


CLEVER: Esto es un golpe de realidad. Las cosas estaban peor de lo que yo podía maginar. Bueno, con certeza, no hay nada “nuevo” pero es que con Bolsonaro los trastos viejos salieron del armario y te deprimes si no extraes una primera conclusión: después de varias décadas de gobiernos progresistas, izquierdistas en América Latina, una verdadera derecha en el gobierno deja expuestas las cosas como son, de inmediato… para el que quiera separar la paja del trigo en los Medios, claro. No sé en otros países --¿hay fuertes partidos de derecha en América del Sur? A veces me parece que en el mundo casi no los hay y que el pensamiento único es como la muerte de la democracia. La cosa es que aquí, en Brasil, quedó expuesto casi todo, hasta la propia fragilidad de la derecha ya está tematizada entre los conservadores. Que el armado de gobierno sea un desfile de generales es simplemente porque no hay cuadros. Bolsonaro suplió esto con lo que conocía por haber sido militar de carrera. Políticamente hablando, es todo bastante pobre. La izquierda mucho peor porque, aunque no lo asuman, la bancarrota moral es completa, envuelta en todas las corrupciones posibles, y no asumirlo –ni autocríticas internas hacen-- los hunde más, más y más. Una izquierda alucinada habla de una sociedad descompuesta. Así las cosas, ni la confrontación con la izquierda sirve a la derecha para superarse. Muy pobre todo...o me faltan datos.


DOUGLAS: Sobre eso de si hay fuerte partidos de derecha en América del Sur, la UDI chilena parece derechista, pero conservadores al estilo GOP americano…eso es difícil. En Colombia…humm. Tampoco en la oposición venezolana. Ni hablar en Uruguay o Argentina. Arriesgo que se necesitan muchas décadas de democracia republicana para que se forme un conservadorismo económicamente flexible, no sé si hay en algún lugar del mundo más que en EUA. A lo sumo hay liberalismo. Pero el liberalismo es como el abuelo del socialismo --siempre detrás del liberalismo se colaron los socialistas de todo tipo. En Brasil, los últimos 70 años de gobierno fueron un ida y vuelta entre izquierdismos, moderados liberales y radicales comunistas. Y los militares en el gobierno es la chatura, ahora sabemos que en 64 fueron una plancha que sirvió mientras se preparaba el retorno de la izquierda, el progresismo. Ahora que los de mi generación vemos a los militares en acción, sin narrativas… está bien con uno o dos generales, si son técnicos, pero no veo nada inherente a la condición castrense para suponer que son buenos para la política, y está claro que en el gobierno están por ser militares. Es lo que hay.


LAERT: La política dio un giro de 180° con Bolsonaro y es como dice Clever se ven actores políticos de la vida brasileña que estaban fuera del juego de poder y no tuvieron otra salida que Bolsonaro para entrar en el patrimonialismo brasilero. Es lo que leí en Thiago, hay gente que, por propia iniciativa, o plantados, se convirtieron ahora en la última línea de defensa del viejo régimen. Lo que está mucho más claro con los 100 días es que, entre sumas y restas, el nuevo gobierno trajo un factor indeseado: tenemos la integración estamental de los líderes socio-políticos surgidos con las jornadas a partir de 2013. ¡Ahora son casi todos funcionarios!  El funcionariado que se derrama desde Brasilia es una fuerza centrípeta de corrupción en las últimas décadas. Los poderes están jodidamente corruptos. ¡Por eso los militares, gente! Es decir, no estoy en contra de lo que dicen ustedes. Apoyo cien por cien. Solamente que me parece que no sacan la conclusión obvia de que apenas quedaron los milicos...infelizmente. ¡Pero podría ser peor! ¡Podríamos estar ya integrados a la “patria grande” bolivariana! ¿Está tan mal?


DOUGLAS: Depende de ellos, depende de los generales, infelizmente. Depende de cómo se va a torcer la vara. Porque, por un lado, parece que los milicos algo aprendieron en estos años. Por otro lado, parece. pa-re-ce, que mentalmente se quedaron en 1964, desconfían de la política, las ideologías y ni qué decir de la teoría política --que no sé si saben que existe desde Aristóteles y no desde la revolución francesa. Si lo que aprendieron es a caerle simpáticos a las periodistas, a ser políticamente correctos, pero siguen igual de tecnocratistas, entonces estamos fregados. Tendremos un 1964 sin dictadura y en unos años el ciclo se repite con un neochavismo o vaya a saber qué invento.

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       - Revolución estructural. Un punteo.


THIAGO: Educación es un tópico que se recalcula con el nuevo ministro Weintraub. Seguridad…de 56 en 2016 cayó a 1 el número de invasiones rurales efectuadas por el Movimiento Sin Tierra. Me parece que hay que hacer un punteo. Bolsonaro acaba de conseguir la menor tasa de interés de la historia de Brasil, esto significa que el azote latinoamericano que es la inflación acá lo tenemos bajo control. Es la consecuencia de una serie de reformas en marcha. Hay que decir todo esto porque la prensa no informa nada. Por ejemplo, Bolsonaro no solamente mantuvo la Bolsa Familia sino que la investigación contra el esquema de fraude que arruinaba el plan ya resultó en un monto de dinero capaz de financiar el aguinaldo de millones de brasileros a final de año. Hay toda una auditoría en marcha en diversas áreas que resulta en el corte de una sangría que estaba dilacerando el tesoro. Se terminó el esquema de corrupción de la compra gubernamental de pasajes aéreos y el corte de automóviles en comisión, más de 20.000 automóviles, una economía de más de 190 millones de reales. El gobierno descubrió un esquema en el Seguro de los Pescadores, con niños de 7 años y hombres de 148 años cobrándolo. Niños que no pescan y viejos que ya fallecieron hace mucho tiempo resultó en una economía de más de 3 millones de reales. También se descubrieron supuestas colonias de pescadores en medio del sertón, donde no hay agua ni para beber, desviando dinero público. Bolsonaro había advertido a la corporación O Globo que era mejor que luchen contra él seriamente porque si ganaba iba a cortar el subsidio billonario que recibía. Dicho y hecho.


ISABELA: Casi el 80% de la economía nacional está en manos de las medianas y pequeñas empresas, ¿no? En el plano de las reformas anti-burocráticas, contra el laberinto de impuestos, Bolsonaro ya firmó la ley complementaria 167/19 facilitando la vida de los que generan dinero y empleo con la creación de la Empresa Simple de Crédito (ESC) quebrando el monopolio de los bancos. Ahora los particulares pueden abrir sus propios bancos por así decirlo y en lugar de prestarle dinero a los bancos transformarse ellos mismos en prestamistas de micro-emprendedores. Otra de tantas cosas en estos 100 días. El decreto que termina con el fin del sigilo bancario de operaciones con recursos públicos generado por la Secretaría de Abogacía General puede que no suene a titular de prensa y, de hecho, la prensa apenas dio la noticia, pero implica, nada más y nada menos, que la quiebra del mayor sistema de corrupción del país. ¡Todo el movimiento financiero de la Unión será de acceso público! Ese detalle, la desinformación de la prensa sobre una medida gubernamental tan importante, muestra el estado de cosas en Brasil: un mecanismo de corrupción tan pero tan inclusivo que apenas sobró el pueblo…y el presidente. Con esto quiero dejar en claro, además, lo que pienso sobre el futuro de este gobierno: en la medida que el presidente no se acerque de nuevo al pueblo que lo llevó en andas al Planalto, el aislamiento será letal para su gestión. Hay una guerra declarada del mecanismo –replegado pero intacto--. contra las reformas --la corrupción estatal existe desde el antiguo Egipto, pero la cobertura, y hasta cierto punto, la articulación de todas las corrupciones bajo el poder de Estado, a eso el pueblo le llama mecanismo. Entonces yo hablo de salir de Brasilia y de su mecánica, de recorrer el país para explicar, comunicar, sí, una especie de Juan Pablo II que llegue hasta el estado más pequeño en sus visitas, de usar la cadena nacional, de hablar sin papeles, retornar al estilo de los aeropuertos. Su gestión tiene que estar periodizada con estos gestos, no sé si por convicción ideológica, populismo, qué se yo --al fin y al cabo, ¿alguien se puso a pensar qué pasa con el populismo cuando lo que se dice al pueblo es la más pura y simple verdad sobre lo que ocurre y no se lo manipula?-- pero sin duda, porque el pueblo, los millones de cristianos de las favelas de las grandes ciudades y ciudades pequeñas del interior, el agronegocio, los camioneros, etcétera, el pueblo es el verdadero aliado de Bolsonaro dentro del país.





- Derecha/izquierda. Actualidad.


LAERT: Como veníamos no se podía seguir. Tuvimos gobiernos de izquierda muchos años y las instituciones del país están podridas. ¿Qué otra cosa hay? Tienes los que dicen que no tienen ideología, que eso ya se murió y cosas de esas. No les creo. No hay democracia sin los polos derecha e izquierda que, en última instancia, orientan las decisiones de los ciudadanos. El que diga que no existen más, en el fondo, es un Big Brother. Ahora, yo creo que si no quieres seguir girando a la izquierda, hay que enderezar el vehículo. Necesariamente hay que dar un volantazo, ¿y para dónde vas a girar? Incluso si quieres rumbear para adelante, tienes que hacer un giro a la derecha. Yo no veo porqué tanto mimimi con esto.

CLEVER: Es que no hay una derecha en Brasil. Hay una reacción derechista, que es diferente. Multitud de gestos anti-petistas. Solamente que, en 2018, debieron driblear a los partidos centristas –esos que acusan de radicalismo al presidente, a sus hijos... los PSDB, los que afirman no tener ideología, los Partido Novo-- y así, esquivando a los oportunistas, al mecanismo, fueron a dar con Bolsonaro. El capitán había recogido el guante que dejó la multitud en sus luchas desde 2013. ¿Con qué contaba el capitán para que le escogieran? La trayectoria de Bolsonaro era un hecho. La trayectoria es mucho, pero es relativo.  Mucho, porque es estar limpio después de casi 30 años en la política: ni corrupto ni contrabandista de socialismos. Pero es muy poco en términos de proyecto político, sin capital cultural, sin partido político. Alrededor de Bolonaro se gestó en pocos meses una alianza de personalidades –el mismo presidente, Guedes, Moro, Olavo de Carvalho desde afuera-- con los militares (y no al revés, ahora lo sabemos). Eso fue histórico, vea como se lo vea. Una epopeya. Pero batir la emergencia no es lo mismo que contar con una masa crítica que decanta en proyecto político, cosa que lleva diez, veinte años: los intelectuales, la formación de la masa crítica, el programa, todo eso te da una visión en común, va moldeando, genera confianza. Claro, si lo que buscas es seguir la corriente, entonces, ¿qué problema hay? Ya está casi todo servido, como dice Isa, es como un kit para el político bananero, la casta política viene solita, después tienes listos los planes globalistas, los técnicos, la prensa, la clase académica, está casi todo ya preparado, solamente falta cierto carisma –a veces ni eso. Pero si vas a dar un volantazo hacia la gran política…ah, eso es otra cosa.


ISABELA: Darse cuenta del trabajo que hay por delante para revertir el movimiento de una rueda que giró libre por años a contramano de la experiencia humana común expresada en la cultura --el contacto con la cultura nos torna humanos—puede parecer medio desesperante. Que esta situación no sea exclusiva de Brasil empeora las cosas. De hecho, incluso si los mejores gringos quisieran ayudarnos, un Jordan Peterson, un Deely, tipos así, no se podría. Simplemente en América Latina la rueda completó varias veces el giro, hasta autonomizar la política del contacto con la cultura, que es lo que nos torna humanos. Por ahí un francés, un Hadjadj, un Hoellebecq se perderían menos que un americano en este panorama. (risas) Por otra parte, el hecho de ver lo que sucede en Chile o en Colombia, países donde existen partidos de derecha, no es menos desalentador.  Esta idea, de que somos un hato de desposeídos o una masa recompensada con dopamina buscando olvidar momentáneamente la mortalidad, y no herederos de una vasta tradición, rica, compleja y bella, como es la tradición judeo-cristiana-greco-latina, esa idea nefasta es tanto de derecha como de izquierda. A diferencia de la vieja izquierda, que pretende haber sintetizado la herencia en una superación dialéctica destruyéndola, las nuevas izquierdas abominan esa herencia hasta la repulsión, sometiéndose a cualquiera que se proponga destruirla, sean comunistas chinos, asiáticos rusos o islamistas. Entretanto, las derechas latinoamericanas, hasta ahora, se identificaron con tal o cual componente de la tradición clásica, lo mordisquearon todo, cada una quedándose con un pedazo y escupiendo los otros. Muy por el contrario, para asumirla por completo, y que la herencia clásica cristiana llegue a la política y al gobierno, es necesario la intercesión de un Leo Strauss, de un Voegelin, el factor intelectual que ayude a crear una masa crítica que precipite en la hegemonía cultural y en un verdadero partido político conservador. Strauss y Voegelin hicieron el trabajo situadamente, como corresponde, allá en USA, y los americanos cuentan con una derecha conservadora enraizada en la sociedad. En América Latina, en cambio, creemos que se puede esquivar la tarea con una aceitada gimnasia de mañas partidarias, estudiando economía o alguna ingeniería, coleccionando diplomas de maestrados y doctorados y trabajando para algún organismo internacional en NYC se hace un partido político, o se mete uno en el existente, lo mejora y ¡listo!¡bingo! ¡Pero así es que nos mordemos la cola en América Latina!  A lo sumo se llega al gobierno, sí, para rumiar los modelos premoldeados por la burocracia local y los organismos globales, con una prensa autorreferencial, que escribe tu narrativa a tu medida, aislándote del día-a-dia, de lo que atormenta el corazón del hombre común –las reglas de esa epistemología tan particular que solo se conocen en un ambiente de alta cultura, no te la enseñan en la facultad ni en cursos de coaching. De yapa, el premoldeado viene con sorpresa y amaneces en tremendo rollo de corrupción. Vives, a lo sumo, sospechando la traición de tu sombra. A mí me gusta Soljenítsin cuando dice que la gran política no es nada de eso, supone otra cosa: aprehender la cultura nacional como un todo y sentir las aspiraciones profundas del pueblo.


THIAGO: Por fin reconozcamos algo, gente. Hasta mitad del siglo XX, más concretamente hasta la revolución cubana, la izquierda no era una fuerza electoral en América del Sur. Por tanto, los partidos políticos liberales y medio conservadores se alternaban en el gobierno. Vino la regionalización de la guerra fría, el terrorismo comunista desde la isla y las dictaduras militares. Desde los años 60 del siglo XX, ya hay izquierda en los viejos partidos, en las juventudes partidarias y, después, la izquierda hace centro en la prensa, las universidades y en las instituciones republicanas, relegando la tesis insurreccional y la dictadura proletaria que habían sostenido hasta entonces. Una década de brazos políticos y brazos armados y los gobiernos militares no entienden nada, se quedan esperando el choque. Ni siquiera se dan cuenta cuando se abre la redemocratización, mientras que la izquierda encuentra la manera de servirse del juego democrático de modo tal que, en un tiempo, sin apenas arriesgar la vida, consiguen lo que antes costaba mucho más caro a sus filas. ¿Está claro? La izquierda, autodenominada ahora en el progresismo liberal, no renunció ni un ápice a la destrucción de la sociedad, eso lo consigue corroyendo las certezas y, con ello, la confianza que hace estable una sociedad --la confianza está bien, pero el control es mejor, decía Lenin. A poco tenemos un progresismo con un programa de conflictos diversitarios, con sus linchadores, sus acusadores, lo que antes llamaban frentes de masas son ahora minorías endemoniadas que agrietan por plantan la iracundia por toda la sociedad. ¿Qué pasó con la democracia moderna, la democracia liberal? Con la redemocratización de los años 80 llegamos al sin sentido de los demócratas de los países occidentales entablando con los políticos progresistas, una y otra vez, discusiones políticas que parten de premisas opuestas. Unos, siguen buscando la estabilidad social, la convivencia; los otros, convertirlo todo en un infierno (ya no se necesita la violencia insurreccional, para eso, el narco). Lo peor es que ambos niegan el detalle, la izquierda por motivos estratégicos, los liberales porque su mejor ejercicio de poder es la negación. Mientras, la prensa se rasga las vestiduras sin explicar tanto odio diseminado. El sin sentido del debate político actual solo sirve para dar respuestas emocionales que impiden la capacidad de argumentación racional y transforma cualquier interlocutor en enemigo. Karl Schmidt recalculado.

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       La Razón de Estado o la verdad al pueblo.


THIAGO: Recapitulemos. Las bases de sustentación de Jair Bolsonaro son tres: el pueblo movilizado, los medios alternativos y ese tábano brasilero que parece venir de la antigua Atenas, Olavo de Carvalho. Esos tres factores crearon la atmósfera y la posibilidad material que permitió a Bolsonaro llegar a la presidencia. Yo quiero hacer hincapié en un aspecto que me parece urgente justamente con lo que dice Isa. La dramática fase abierta entre el atentado de Juiz de Fora y la toma de posesión del cargo, se caracteriza por el distanciamiento de Bolsonaro con su base de sustentación. Primero, la última vez que el presidente tomó contacto directo y cara a cara con el pueblo fue el 1 de enero en la ceremonia de mando en la ciudad de los funcionarios. Durante la campaña fue “el mito” de las multitudes, desde el atentado, y ya en el cargo, Bolsonaro se distanció. Por motivos diferentes sucede algo parecido con los líderes civiles de los movimientos que encabezaron manifestaciones de millones en las calles de todo el país, empleados ahora de esa máquina que es Brasilia, o en los estados de la Unión. Se podría decir que cuanto más el presidente se integre a la clase política, esto es, al viejo régimen, más lejos quedará del pueblo que tantas veces llenó las calles del país y finalmente lo levantó en andas. El segundo marginamiento fue respecto del uso de las redes sociales, entrando cada vez más en alguna especie de regulación oficial sin espontaneidad y haciendo caso omiso de cualquier empleo innovador de los medios convencionales como la cadena nacional. Por fin, arrancó una operación para separar al presidente del filósofo que refundó en Brasil el valor de la alta cultura y la pasión por la identidad nacional. Sea como fuere, toda vez que el edificio gubernamental no puede quedar pedaleando en el aire, uno a uno, los generales del ejército en estos meses fueron ocupando los espacios generados con cada separación. Azar o plan maquiavélico de cierta milicada estatólatra, el hecho es que, primeramente, el patrimonialismo se recompone con las agencias corporativistas sintiéndose en casa en esta especie de cierre de la clave de revolucíón con la clausura del pasaje de confianza entre los tres factores mencionados y el presidente. Esa es la razón por la que, probablemente, la prensa "informe" de aquí en adelante sobre una auspiciosa estabilización del ejecutivo o, por el contrario, el olor a sangre les haga caer más pesadamente sobre el presidente, promocionando al general Mourão como alternativa de poder. Pero no se debe perder de vista lo fundamental: si Bolsonaro renuncia a su base original de sustentación a favor de una tutela militar sobre su gobierno, sin duda caerá la oscuridad sobre las promesas de campaña y las esperanzas cifradas en el renacimiento de Brasil.


LAERT: A ver, a ver quién me explica qué tiene la milicada de tan malo. ¡Al fin y al cabo, fueron ellos los que salvaron a Brasil del comunismo en el 64!   

DOUGLAS Bueno, es que parece que la fuerza revolucionaria de la verdad y la libertad quedó en emergencia --vemos a decirlo así-- intelectual. Prácticamente Brasilia se devoró el giro democrático, con los generales ocupándolo todo en el gobierno mientras el ministro Guedes corre de acá para allá batallando por las reformas económicas, Moro hace lo propio y Olavo no para de responder a los ataques de la prensa, la izquierda y a las provocaciones de varios generales. Entonces ¡paf! El filósofo instala un revisionismo histórico que nadie esperaba … ¡y mucho que hacía falta! La impugnación documentada sobre el 64 que hace Olavo de que, al mismo tiempo que los militares triunfaban en las escaramuzas con el brazo armado comunista, entregaban al brazo político comunista los medios culturales de Brasil, las universidades, la prensa, las editoriales, y que tal entrega, lejos de cualquier conspiranoia, radica en identificar un terreno común epistémico entre el marxismo de los progresistas y el positivismo de cuna que tienen los milicos. Esta habría sido la clave de la hegemonía izquierdista en el país durante los últimos 20, 30 años, y de la bancarrota espiritual, moral, social y económica que padecemos. Pregunto: ¿alguien vio a algún general del gobierno levantar el guante olaviano en términos que no sean clichés progresistas o poses de vanidad? ¿Alguien vio a algún general respondiendo que, honrando a la verdad, va a contestar al filósofo seriamente, con un libro de investigación o al menos un debate público sobre el 64 y la última dictadura militar? No. Para los tecnócratas todo esto son chimentos populares que la Razón de Estado desprecia. Al fin y al cabo, es lo que piensa el vicepresidente sobre nuestro pueblo y su verdadera herencia: la indolencia de los indígenas y el libertinaje de los africanos ¿Ustedes se acuerdan de ese monumento al instrumentalismo positivista de Mourão durante la campaña?



CLEVER:  Bolsonaro ganó el electorado centrista usando a Venezuela como espantajo, “si gana el PT, Brasil será otra Venezuela” se dijo tantas veces. Ahora hay que tener la decencia de devolver el favor. Es una responsabilidad ética y moral de Bolsonaro movilizar las FFAA a la frontera, aunque sea como presión contra la tiranía y dejar de hacer declaraciones políticamente correctas que solo hacen suspirar a Maduro. El régimen comunista del castro-chavismo es una real amenaza no solamente para la región en general sino para nuestro país en particular por medio del uso de todo tipo de tácticas no convencionales como la delincuencia, que resulta ya toda una guerra de cuarta generación. Ahora, Bolsonaro tiene su gobierno lleno de generales, ¿para qué sirven? Estos sujetos fueron entrenados para la guerra y solamente saben conspirar contra el presidente que los nombró. ¡Que Bolsonaro se deshaga de la tutela militar y regrese a su programa de campaña! En lo personal creo que, si esta gente se dedica a lo suyo, que es la guerra, será un crecimiento para la institución ya que los obliga a una fuerte experiencia de despolitización, además de liberar a un pueblo esclavizado, que es lo importante.                             

DOUGLAS ¡Positivista o marxista, es el gnosticismo! ¡Es la clave de hegemonía todavía hoy! Es el puente de plata tendido a través del cual pasan regímenes como el tucano-petista, sobreviviendo a la revuelta popular que lo acosa desde 2013.  La música es todavía Tropicalía, el cine es todavía Cinema Novo. Los milicos no entienden nada de esto o, simplemente, lo infravaloran como lo hicieron en el 64, como tu dijiste. Las FFAA precisan ser salvadas de los militares.                         

LAERT: Yo no puedo creer que Bolsonaro esté entregando lo que tanto costó...´¡casi le cuesta la vida a él mismo! ¡Hay que acordarse de Juiz de Fora, gente!  Miren, veamos la tendencia si consideramos lo que dicen. Es que estaríamos en un momento en el que los generales se quedan con el gobierno eliminando a los ministros liberal-conservadores, o gobierna Bolsonaro con Olavo.                        
  
THIAGO Miren, el que quiera leerlo, cuando lo desgraben, pues. Yo me expresé en condicional cuando hablé del nuevo gobierno. No puedo hablar de otra manera porque, acá, hace ciento y pico de días había un régimen político venezolano, una Venezuela ralentizada. Señores, Bolsonaro tuvo que elegir entre las opciones que la historia hizo disponibles para formar gobierno. Sobró poco y nada para los 3 factores que llevaron a Bolsonaro al triunfo electoral --el pueblo movilizado, las redes sociales y el filósofo. Se quedó con la corporación militar y armó la fórmula con un general que salió alineado vaya a saber con quién, pero no lo está con el presidente. Las razones de esa opción pueden ser varias. ¡Qué sé yo…! No existen políticos conservadores en Brasil. Ni siquiera universidades de derecha. La cultura popular conservadora no provee naturalmente líderes y políticos. Otra cosa: un filósofo de verdad no es alguien que se pueda convencer con cargos gubernamentales, cosa que a Olavo le interesa tres carajos. ¡Apenas pueden moverlo de la ciudad donde vive! Tampoco nadie se prepara para un Juiz de Fora. Después del atentado, ¡hay que entregarse a los brazos del pueblo como lo hacía en los aeropuertos! Y están las características del liderazgo de Bolsonaro, outsider, sin partido político propio, cabalgando una ola popular histórica. Por fin, hay que decirlo de una vez: el armado de gobierno, arrancando por el vicepresidente, no representa la escala conservadora del movimiento de masas que luchó contra el régimen, ni a sus referentes de redes sociales, ni al mentor de este giro que sacudió al Brasil. No es mi interpretación, son los hechos. ¿Qué representa entonces? Hay que ver. Es un hecho que los generales, que en nada participaron de aquellas jornadas, no se ganaron el gobierno por propio derecho sino gracias a Bolsonaro, que los llamó a granel. Ahora bien, lo que yo respondí hace un rato fue sobre los caminos tendidos con este panorama: una encrucijada. A lo sumo, interpreto, que hay como un doble régimen, con el STF, la vieja política, etcétera; y otro que no termina de nacer. Ahora mismo vemos una disputa de poder colosal alrededor de la Reforma Jubilatoria. Se viene la elección del Procurador General de la República (Fiscal General de la Nación, NdeR), el enorme poder que tiene esta función influye directamente en el respaldo o en la oposición a los proyectos innovadores y revolucionarios derivados del programa cristiano-conservador de campaña. Pero la tormenta perfecta -en realidad el hostigamiento no da respiro- es la trampa montada para desaprobar la Medida Provisoria 870, que reglamentó toda la Reforma Administrativa que sostiene los progresos de gobierno que enumeramos Isa y yo al inicio del focus. Es que todos esos avances son provisorios y deben ser aprobados por el Parlamento. Y todo se puede derrumbar, porque el mecanismo identificó que el golpe letal está a pedir de boca si se coaligan izquierda y centrão, cuyos líderes buscan escapar a Lava Jato, y forman mayoría en el Coingreso. Todo este panorama es una verdadera encrucijada: termina en un gobierno cívico-militar, esto es, recaemos en la zona de confort, en la "normalidad" del mecanismo, el centrão parlamentario, la vieja derecha patrimonialista, conciliadora con la izquierda que detonó al país, con el viejo militarismo; o se sigue camino al reencuentro con el Brasil del pueblo y sus tradiciones, con lo mejor de nuestro pasado, abriendo una nueva democracia, cristiana y capitalista.

ISABELA: Justamente. La clave de bóveda, expuesta con los procesos y prisión de tantos ex presidentes, políticos y empresarios en América Latina es que, en las últimas décadas, la democracia liberal funcionó basada en el tráfico de cargos de la máquina pública y en el soborno de votos y apoyos. En este sentido, el gobierno Bolsonaro es un test probablemente único en la región tratando de romper con el toma y daca. Vean que el bloqueo de sus reformas por acción del parlamento o la Corte impidiendo que se termine el viejo régimen tucano-petista, lleva a la siguiente cuestión: todas vez que la llamada democracia popular socialista se trata en verdad de regímenes tiránicos y, por tal razón, queda ipso facto descartada, ¿puede seguir funcionando la democracia liberal de otra forma que no sea basada en la corrupción; o de lo que se trata aquí es de fundar un nuevo tipo, una democracia de tercer tipo?


Porto Alegre, 30 de abril.