Positivistas vs culturalistas. Otra lectura.


La situación de los olavistas en el Ministerio de Educación es significativa de un conflicto que desde hace más de un siglo se desarrolla en Brasil: la guerra entre positivistas y culturalistas. El positivismo de Augusto Comte, como se sabe, propuso que el orden social y político debe ser alcanzado por mecanismos tan ciertos y empíricamente verificables como aquellos del método científico de su época; por eso, incluso las reglas morales y religiosas deberían encontrar su fundamento en razones seculares, como expone en su "Système de Politique Positive", en el que instituye su Religión de la Humanidad (un sustituto secular al Cristianismo). No encontrando mucho respaldo en lugar alguno del mundo, fue en Brasil, entre nuestras Fuerzas Armadas, que el positivismo vino a afirmarse con fuerza, provocando incluso la inserción de su lema en la bandera de la República: "Orden y Progreso", el orden social secular y el progreso visible que de debe venir de suyo. Es claro que esa noción secularista va a dar más énfasis al progreso material, económico, visible, que a valores considerados "etéreos", de índole espiritual y cultural. Esta es la razón por la cual los positivistas en Brasil inmediatamente entran en conflicto con los culturalistas, es decir, aquellos que confieren importancia a los valores del espíritu y de la cultura y creen que son la base en que todo lo demás (incluso el progreso material) se desarrollará. En Río Grande do Sul, fue Júlio de Castilhos (sobre quien el Ministro Vélez Rodríguez ya escribió bastante) el que tomó del positivismo la idea de que, justamente porque el orden social es fundamentalmente secular, debería ser impuesto de lo alto por un gobierno de iluminados , técnicos, esclarecidos, seleccionados por su conocimiento, no por el voto - una tecnocracia, con énfasis en el Poder Ejecutivo. De ahí Getúlio Vargas trajo el autoritarismo del Estado Novo, con sus toques de fascismo y gran oposición de culturalistas como Miguel Reale y Gilberto Freyre. Ahora, nuevamente son miembros positivistas de las Fuerzas Armadas (sea el tal Coronel Roquetti, sea cualquier otro) los que vienen a promover una especie de purga de culturalistas (ahora olavistas) del Ministerio responsable del cultivo de estos valores espirituales y culturales, el de Educación. Tal vez para repetir el error ya cometido tres veces antes por la dirección de "técnicos" iluminados, de atender más al progreso visible y a los índices que a la formación integral de seres humanos en el tesoro de nuestra civilización. El profesor Olavo de Carvalho, en diversos trabajos y clases, habló sobre cómo los marxistas llegaron al poder en Brasil por vía de la cultura, siendo inadmisible que ese error sea cometido nuevamente, para repetir los mismos disparates del positivismo comteano que hace más de un siglo derrumba al país.


T. F. de Souza, Cuadernos de Netnografía